Agora de Historia y Opinión

Faltan respiradores, mascarillas, test, y un largo etc. Que hace que las instituciones locales: desde hospitales hasta ayuntamientos se sientan impotentes ante las alarmas de que “viene el lobo”. Las llamadas se convierten en protestas, y estas en críticas por la inoperancia de la centralidad. Y las críticas van al mar.

No es una “guerra” como los espadones nos quieren hacer creer, es una carrera de obstáculos ante una CRISIS SANITARIA, en que el contagio se extiende sin orden ni concierto, en que la muerte se sube a lomos del contagio superando los límites fronterizos y políticos, para entrar de lleno en el terreno sanitario.

Es personal sanitario el que debe intervenir. Es material sanitario el que se necesita. Es personal cualificado para controlar al virus lo que escasea y están agotados. Y son los políticos incompetentes los que sobran en este escenario. Además de un “ejército” que se ha chupado el doble de presupuesto que la Sanidad. Y sólo sirve para desinfectar lugares de paso cerrado al tránsito de personas, o que debería estar cerrado. ¡Uy! No, que también les llaman los ayuntamientos del PSC y la Ada Colau para que fumiguen las paradas de autobuses. Si es por lavar la cara militar allá ellos,  este no es el momento, pero me sobran los uniformes cargados de chatarra en las ruedas de prensa diaria, que en un primer día salieron los cuatro super ministros bien escoltados y ahora sale un médico con tres escoltas militares de protagonistas, que no sé lo que pintan, porque su información no es para dar ánimos sanitarios, si no para decir que hay delincuentes sueltos, o pícaros que se saltan el confinamiento, como si este fuera total, ya veremos el fin de semana cuantos coches salen de las grandes ciudades. Porque para decirnos que hay policías o militares contagiados ya son suficientes los expertos sanitarios que saben cómo decirlo, y no dar la sensación que estamos viendo el antiguo NODO. Que siempre me queda la duda si saldrá la bandera, en blanco y negro, ondeando al apagar la tele.

Y al final, tengo la sensación de que nos están engañando como a chinos. O son los chinos los que engañan a “nuestros súper representantes autonombrados” con bombo y platillos, porque son los más listos de la clase.

Y es que China ha pasado de ser víctima, a ser fábrica de ilusión en la lucha contra el virus. Y es que la pandemia en origen va mejorando, y al mismo tiempo está exportando material sanitario de primera necesidad, como son las mascarillas y los test de detección del contagio, y otros, porque el resto de proveedores mundiales no dan surtido suficiente para frenar el avance pandémico.

Todo iba sobre ruedas, “cuadradas”, pero ruedas al fin y al cabo. Los Ortega e Inditex, regalando mascarillas con una mano y escondiendo  un ERTE de mírame y no me toques, en la otra. Pero como eso es de otra pantalla no se ve en la misma portada, además con un rey que tiene buena vista para ello, felicitando su “entrega humanitaria” que traducida en la cuenta de resultados, tiene un mogollón de Millones de € ahorrados en publicidad. El otro asomados a los labios reales es la empresa china Huawei que ha dado tique Premiun por valor de 1.000.000 de mascarillas, también como labor “humanitaria”, pero lo del 5G y su guerra con EE.UU y el bloqueo de la UE no creo que sea de esta pantalla informativa, pero ahí queda. Aunque esto último tendrá el “preparao” que afinarlo bien porque ha vuelto el “miserable Borrell”  con una de sus “borrelladas” y ha puesto el negocio de Huawei al rojo vivo, al decir: “Que se está desplegando una batalla mundial del relato y que se están metiendo componentes geopolíticos que incluye la lucha para influir manipulando la interpretación de los acontecimientos mediante la política dela generosidad”. Y nadie sale y le dice que calladito se está más guapo. Porque como siga por ese camino le quedan dos telediarios de míster PESC

Una liebre que ha saltado en el camino, es el tema de los kits de test rápidos para detectar el contagio. Devueltos a China porque fallaban más que una escopeta de caña. En un primer momento se habla de 9.000 aparatitos que dejaban a los posibles enfermos a los pies de los caballos. Una sensibilidad de detección ante el mínimo exigido del 80%. Después se ha sabido que hubo otros 50.000, camino de su “casa” por lo mismo. Por no hablar de los 650.000 que dijo el superministro que habían sido devueltos todos. Y a esperar la llegada de nuevas remesas,

Porque Sanidad, o quien sea la voz que mece la cuna, ha dicho que no compró los test, directamente a China, sino a través de un intermediario nacional, pero la embajada de China en España ha puesto en Twitter diciendo que esa compra no tiene nada que ver con la acordada con China. Porque los doctores de Sanidad que hacen de contables, no saben exactamente de qué va la cosa, o cómo va. ¡Gensanta que cruz!

Pero el superministro de la Sanidad  (Salvador Illa, mano derecha de Iceta, reconoce que es filósofo y de medicina sabe lo que yo de alquimia), aunque “intenta ser un ministro decente”, que no lo dudo, sale al quite de la faena para decir que la Administración se lava las manos como Herodes, que también se las lavaba, que los kits tenían el sello de control de la CE. Se nota que este hombre no suele comprar en las tiendas de los “chinos” y vería cuantas CE hay en las etiquetas de los productos. Un ejemplo de errores, es que en el envío el fabricante había metido un regalo de gorras: unas de España, con el logo de “SPIAN” (en lugar de SPAIN) y las otras eran del Barça con el letrero de Real Madrid. Si es que los indicios ya iban en los regalos. Ahora se sabe que la citada empresa china, se dedicaba a hacer kits de test de embarazo, para lo que tenía licencia, y aprovechando que el Pisuerga pasaba por allí, se dijo, Mira tú por donde vamos a forrarnos a cuenta de estos “pardillos”. Y en esas estamos.

También se excusó, el superministro, en que la compra no la había hecho la Administración, y que llevaba todos los certificados correctos,  y que había intervenido a través del ICEX para que un intermediario se llevara su “comisión”. Que en esta vida quien no sale en Facebook o no lleva comisión no existe. ¿Verdad Campechano?

Habría que mirar la familia del intermediario, ya que esto me huele a pelotazo.  ¡Advertencia! La Embajada de China ya había informado al “gobierno” de los proveedores autorizados y los que habían facturado no estaban en la lista. 

A todo esto hay que reconocer que la ministra de exteriores ha dado en el clavo: “Hay muchos intermediarios que se presentan, nos ofrecen gangas y después, evidentemente resulta que no son gangas”. “Hemos de tener mucho cuidado que no nos tomen el pelo”. Pues así me siento yo señora ministra. Y no espero dimisiones, porque eso es impensable en ningún gobierno con visos de incompetentes.

Por otro lado, los fabricantes de respiradores, los de aquí, no las multinacionales que acaparan el mercado externo, están desbordados porque lo que era suministrar 300 unidades al año, con 15  empleados, ahora tienen que incrementar la producción con el mismo personal y herramientas ante la demanda que se ha generado. Aunque a nivel oficial, el esfuerzo es del ministerio, no del fabricante, ¡Manda güevos! Así lo comunicó la ministra Maroto colgándose la medallita, y señaló dos empresas (Hersil- Madrid, y Temel- Valencia) a las que “hay que apoyar para multiplicar la producción”. ¿Cómo se come eso? Si las empresas auxiliares del fabricante no tienen este apoyo y algunas están cerrando. Y ¿Qué pasa con las iniciativas de las impresoras de 3D? La otra empresa, Hersill (Móstoles-Madrid, con 60 empleados), está capacitada para suministra respiradores que sean necesarios pero, siguen con el mismo problema, es necesario disponer de suministros.

Bueno, todo no va a ser malo, ahora han puesto al ministerio de Hacienda (sin Montoro-PP) a controlar las compras de Sanidad. No quiero saber quien llevaba el control hasta ahora.

En tanto el Ministerio de Sanidad está sirviendo de saco de boxeo ante la avalancha de críticas de todos los ángulos del ring sanitario. Un ministerio que ha batido el récord del mundo de personal infectado, con casi 10.000 sanitarios y que no se pone en cuarentena mientras que no muestre síntomas de la enfermedad.

Del mercado negro y los especuladores mejor hablar otro día. Que “haver-n’hi ha per a llogar cadires” (Haber de ello hay para alquilar sillas. O algo así).