Eran unos señoritos. O no.
Dando pábulo a los informes de un tal Baena, a la judicatura y poniendo en portada al “caso Volov”, Rufián (ERC), ha lanzado un misil contra la línea de flotación de la formación política de JunstXCat, o mejor dicho, contra Puigdemont y su equipo, con su jefe de filas, Alay, a la cabeza. Aunque, en realidad, el proyectil ha dado en pleno centro del movimiento independentista, al contribuir criminalizando el relato de las alcantarillas del Estado y la burbuja mediática de la derecha que se empeña en vincular a Puigdemont con Putin y al Govern de la Generalitat con un régimen autoritario.