El respeto por este día ha perdido glamour.
A toro pasado hago una reflexión sobre el día de planificación de la contienda electoral, pero no puedo dejar en saco roto algunas opiniones.
EE.UU. estudia resucitar los bombarderos B-52. Aquellos que volaban durante 24 horas, 7 días a la semana, cargando su maléfica carga, dispuestos a lanzarse al ataque. Pero llega tarde, Rajoy ya lo ha hecho con su gaviota planeando con la carga del 155. Esperemos no tener un Palomares a la catalana.
DIA DE REFLEXIÓN, ¿Para qué?
Las encuestas, prohibidas este día, dejan asomar las orejas tras las fronteras. Tanto el The National escocés como el Periòdic d’Andorra, han hecho saltar los precintos de la prohibición desde el otro lado de las alambradas. Si no quieres caldo, taza y media para empezar. Cada día hemos tenido al alcance de la mano la información que una legislación caduca prohíbe en el territorio. Y yo me pregunto, con esta puñetera manía de preguntar:
¿No estarán los propios partidos financiando estas encuestas para controlar el panorama mediático? Y además, ¿no están estos partidos financiados con dinero público? Es decir, como opinión tonta y personal, que el erario público, tu bolsillo y mi bolsillo, a través de la sonrisa de Montoro, da dinero a los partidos para que puedan saltarse a la torera, la propia legislación que hace un gobierno, que también se la salta, con unos 1000 imputados, perdón investigados, cuyo presidente, dirige un partido que se está en la picota judicial, por corrupción, aunque esto no es grave, lo grave es poner una urna y votar. Esto cada vez se complica más. Vuelvo al origen del texto.
El 20D, día de reflexión, salieron al patio algunas cabezas visibles, para dar un puntito de gracia a las elecciones.
Pero lo que hizo saltar las alarmas, es el color amarillo. Tanto la Junta Central desde su atalaya en Madrid como la de Cataluña, han dejado la duda sembrada por todos sitios. Un color que ya estaba presente antes de la convocatoria, parece ser que es un símbolo electoral. No sólo el lazo, que es el indicativo de petición de libertad de presos políticos, sino cualquier otro elemento que vaya a la vista: bufandas, pañuelos, cintas del pelo, etc. De entrada los componentes de los colegios electorales lo tienen prohibido. Pero al preguntar si los votantes también entraban en el mismo saco, se ha vuelto loca la máquina de información, Unos dicen que no, otros que no saben y al final todo recae en el presidente de la mesa electoral. Es decir, un presidente que tenga manía al color lo puede prohibir, pero el de la mesa de al lado, le puede gustar e invitar a los votantes a llevar lo que le den la gana. He visto alguno con plátanos colgando del cuello, o un pollo de collar…
Las redes sociales han movido mensajes de todos los colores mirando al amarillo.
Por si acaso. Decían las malas lenguas, que los interventores y apoderados del PP y C’s tenían la consigna de impugnar o hacer referencia en las actas a todo lo que tuviera este color, y sobre todo en las mesas que otras veces se han decantado por el independentismo, una mesa impugnada son muchos votos eliminados.
¡Quía, hoy no es mañana. Mañana será otro día!
(continuará)