Agora de Historia y Opinión

POLÍTICOS MISERABLES (1) Jorge Fernández Díaz (PP).

El significado de miserable, nos lleva a un personaje que se comporta con avaricia y mezquindad, que actúa con vileza y mala intención, que es malo y perverso. Persona malvada y capaz de cometer acciones viles contra otra. En resumen, una persona miserable que se aprovecha de otros y les engaña para su provecho.

En septiembre de 2021 publiqué un post en varias partes con el nombre “LA RENTABILIDAD DE SER UN POLÍTICO MISERABLE”. Con éste, abro una serie titulada POLÍTICOS MISERABLES. Son personajes que medran en la política, que han utilizado, y utilizan, el poder, no para hacer política de país, ni siquiera de partido, sino en su propio provecho, dejando la democracia a un lado y utilizando todos los recursos institucionales y de partido, para abatir al contrario político, aunque con ello tengan que mentir o prevaricar, si con ello consiguen sus objetivos. Que dicen ser militantes de un partido, aunque más bien el partido es un recurso para sus negocios, ya sean económicos, políticos o religiosos. Por lo tanto, los podemos encontrar en la derecha, en la izquierda, en el centro, e incluso en el pedestal más alto del poder, o bajo palio.

Así que, al iniciar esta serie en este personaje, no significa que sea el primero o el más miserable, sino que por alguno tenía que empezar y este tiene suficientes méritos propios para encabezar la lista. En este caso me refiero a:

JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ, exministro de Interior de un tal MpuntoRajoy, o de la cosa oscura, de las cloacas. Aunque sus inicios fueron en la UCD de Suárez que le hizo gobernador civil de Asturias y, más tarde de Barcelona. A primeros de los noventa, un Vidal Cuadras le hizo sombra y se refugió en la religiosidad después de un viaje a las Vegas, del que dice que el “todopoderoso” le iluminó, y se asomó al púlpito de Escrivá de Balaguer y la Obra lo acogió bajo su manto, nombrándole supernumerario, ¡Casi na!. Otro más que hizo de “Camino” su catecismo. Hasta el punto que tiene un “ángel”, llamado Marcelo, que le ayuda en las pequeñas cosas materiales, como aparcar el coche. Una vez me comentaron que, en un restaurante de Barcelona, repartió algunas estampitas de la virgen entre el personal. ¡Muy fuerte! Tampoco es difícil de entender si, él mismo aseguraba que el papa Benedicto XVI le dio una explicación definitiva sobre el independentismo catalán: “El diablo quiere destruir España”. Este personaje llegó a afirmar que “concebía la política como un magnífico campo para el apostolado, el lugar donde Dios quiere que esté”.

Y es que, si nos remontamos a la saga familiar y sacamos a relucir un padre militar, teniente coronel de caballería del ejército franquista, fue una especie de mano derecha de un tal Acedo Colunga, el cual fue gobernador civil en Barcelona, aquel que ordenó el secuestro de la revista Aplec y dijo a sus editores: ¿Ustedes creen que hemos hecho la guerra para que el catalán vuelva a ser de uso público? Su anticatalanismo sería su misión en Cataluña. Y la huelga de los tranvías de 1951 el momento de mostrar la ferocidad del aparato represivo del “vencedor”.

Al servicio de este personaje estuvo el padre de los Fernández Díaz. Desde donde controló las fuerzas de orden público y fue responsable de cumplimentar la circular de 04/10/1952, sobre tomar medidas a la oleada de inmigrantes, impidiendo la permanencia en los municipios de las personas sin domicilio, en viviendas no autorizadas. Las personas afectadas eran enviadas al Palacio de las Misiones, en Montjuic (Barcelona), hoy desaparecido, donde se concentraban, estimándose en 15.000 personas las que pasaron por dicho lugar antes de ser expulsadas. De las condiciones infrahumanas habría para escribir un libro. Exportar a todos los que vinieran de otras partes del Estado “sin contrato de trabajo”, fue la prioridad de los grupos de la Guardia Urbana comandados por el subinspector jefe, Eduardo Fernández Ortega. Con personajes de la catadura de un tal “el Grabao” que dejaba asomar el estilo de la policía patriótica de aquel momento, haciendo redadas e internamientos en el Palacio citado. De una represión brutal, contra los que estaban y los que llegaban buscando un trabajo.

De aquellos polvos estos lodos. En este ambiente se educó el segundo de los diez hijos de un represor franquista. Una escuela dictatorial con policía política. Y un “protector” que lo dejo bien colocado como inspector de Trabajo, y el hizo lo propio “colocando” a la familia: esposa, tres hermanos, tres cuñadas y una prima que pasaba por allí. Nepotismo en estado puro.

Y a partir de su cargo como gobernador civil de Barcelona (1981-1982), empezó su “misión” contra el independentismo, encarcelando a varias personas por llevar una pancarta en la que decía “Independencia”. Y con este currículo, se encuentra en diciembre de 2011 como ministro de Interior de la España pepera, con responsabilidad sobre los cuerpos de seguridad del Estado, hasta 2016. Sin olvidar su militancia en órdenes y asociaciones religiosas: Familia y Dignidad Humana y la Sacra Militar Orden Constantiniana de San Jorge, todo ello al más puro estilo de un consejero de la corona de la época medieval. Y concediendo la medalla de oro al Mérito Policial a la Virgen. Así que los ateos, indepes, izquierdosos, republicanos, “antisistemas” y otros “mindundis”, lo teníamos muy mal. Ya que nos consideraba como “infieles”. Y de ahí a terroristas iba un paso.

Las primeras señales en su dedicación a Cataluña, están relacionadas con asfixiar la sanidad para atacar al independentismo, según consta en las grabaciones a las conversaciones del jefe de la Oficina Antifraude catalana, un tal Daniel de Alfonso, que ya está colocado por otros territorios como pago a sus servicios, y el ministro de Interior Fernández Díaz, allá por el 2016, que revelan el golpe a la sanidad autonómica, en años anteriores: ”Les hemos destrozado el sistema sanitario”. “Yo sólo te pido, ministro, que comprendas mi situación en Cataluña. No soy de la Generalitat, la oficina no pertenece a la Generalitat, somos independientes. Les hemos dado en todos los morros con Ramón Bagó, les hemos destrozado el sistema sanitario, les hemos acusado, estamos jorobándoles el CTT (Centre de Telecomunicacions i Tecnologies de la Informació). En fin, yo soy español, lo tengo claro, pero estoy en una situación que tengo que bailar allí”. Al final está la fiscalía que afinaba lo que hacía falta. Ahí lo dejo.

Le montaron una comisión de investigación en la Casa de los Leones, con el título oficial de: «Comisión de Investigación sobre la utilización partidista en el Ministerio del Interior, bajo el mandato del ministro Fernández Díaz, de los efectivos, medios y recursos del Departamento y de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado con fines políticos». Con el resultado ambiguo de que en las grabaciones no se desprendía ningún delito. ¡Virgen del amor hermoso! Incluso el Tribunal Supremo rechazo una demanda de Xavier Trias y CDC por prevaricación, revelación de secretos y malversación. Y es que el TS entendía que las conversaciones era un intercambio de información, como deber general entre instituciones. No olvidemos que, negó la voluntad política de investigar ni a Podemos, ni a nadie. Incluso negó tres veces, en sede parlamentaria, que despachó en su oficina con el tal Villarejo, que le grabó las vergüenzas que ahora conocemos. Esas negaciones en una Comisión del Congreso están penadas, pero seguro que queda “afinado” y no pasará nada. Porque estos miserables, llevan buenos “paraguas” sujetos por “puñetas” togadas.

En las conclusiones quedó sentado que usando de manera fraudulenta los puestos de trabajo de su ministerio, se creó una estructura policial, que los medios han llamado “policía patriótica”, que obstaculizaron las investigaciones de corruptelas del PP, que persiguieron a adversarios políticos de la “gaviota”, o a personajes del “nacionalismo catalán”. Que, según ERC, existió «una sistematización destinada a imputar cargos de corrupción, infundir sospechas y calumnias a rivales políticos a través de filtraciones en los medios de pruebas falsas y la manipulación documental.” Incluso pruebas falsas para incriminar al excalde de Barcelona, Xavier Trias.

Con posterioridad se ha sabido, gracias a los audios del tal Villarejo, el inicio de la “Operación Cataluña” y el chantaje a la Banca Privada de Andorra (BPA), para obtener información financiera de líderes catalanes, sin órdenes judiciales, dando una patada al sistema democrático. Una “Operación” que fue negada de forma sincronizada por los cinco comparecientes a la Comisión, de los cuales, cuatro de ellos se presume su intervención en la misma. Pero ya sabemos que, si quieres tapar algo, lo mejor es montar una Comisión de investigación.

Se puede elaborar un catálogo de hechos que demuestran una permanente persecución al movimiento independentista, incluso sin serlo, donde las cloacas del estado hacen sus festines, inventando noticias falsas para destruir profesional y personalmente, por el solo hecho de simpatizar con lo que demanda la mayoría de catalanes (52%). El caso más relevante es la “Operación Cataluña”. Una operación de estado desde los despachos oficiales, de diversos ministros de MpuntoRajoy. Para impedir mayorías independentistas en el Parlament de Catalunya, sin importar incriminar, tanto a líderes independentistas, como a familiares cercanos. Y en otro orden de cosas el Informe PISA, sobre Podemos y Pablo Iglesias. Los desafueros no tenían límites.

No deberíamos olvidar, que detrás siempre hay unos “lacayos” que llevan a cabo los objetivos que estos miserables se plantean. En este caso han salido a luz: Daniel de Alfonso, ex director de la Oficina Antifraude de Cataluña; Ignacio Cosidó, ex director General de la Policía; José Ángel Fuentes Gago, inspector Jefe de la Policía; Eugenio Pino Sánchez, ex director Adjunto Operativo de la Dirección General de la Policía.

Pilar Rahola, lo define como: “…un altre miserable, un altre delator, un altre perseguidor, un altre personatge fosc«.