Este es el primer artículo que publico, dando mi opinión “informal” sobre la política, dejando que la ironía se apodere de mi parco intelecto, para evitar que la bilis me haga alguna trastada, viendo el discurrir de la política del país, llamado España y sus alrededores, y añorando a Berlanga que sacaría tajada para otra “Escopeta Nacional”.
Llevaba tiempo meditando en cómo está esta nación y la “nación de naciones”, mordiéndome la lengua, viendo como cada uno hace de su capa un sayo y he decidido hacerme una TRINCHERA, así con mayúscula. Y por fin he salido del armario. La idea era hacer una crítica o, lo que es lo mismo, asomarme a una ventana y echar un jarro de agua para espantar a los que hacen ruido debajo y no me dejan dormir, pero esto es como el chocolate del loro, que todo el mundo lo dice pero no estoy seguro que significa.
Volviendo a la Trinchera. La he fijado en una pendiente de una montañita, para tener una buena vista del frente y así protegerme la retaguardia. Pero no sé que es peor si mirar a lo lejos o estar en primera fila. Así que me he dicho: “Paco tranquilo, que tú no estás para trotes. Que desde aquí podrás disfrutar de las vistas leyendo la prensa y descansando, hasta que la pensión no dé para más, que al paso que vamos, tendremos que pagar al ”gobierno” para que nos mantenga en la lista, que a nuestra edad los “minijobs” nos lo van a grapar a la espalda para poder pagar la RENTA.
He leído un poco para despejarme y he quedado anonadado (“pasmao” diría otro que yo me sé).
Mi abuela decía que aunque era sorda y no oía las horas, oía los minutos. Y el gobierno del reino se parece a ella, en lo de la sordera, no en lo demás, que todavía queda honradez en la familia.
El Confidencial dice que Hacienda detectó el mes pasado, en una partida de gastos, un desvío de 6.150 € (25.520-19.730). Y que “la comisión delegada de asuntos económicos decidió endurecer el control de las cuentas catalanas”, no vaya a ser que peligren las pensiones de los jubilados, ahora que su hucha está para el arrastre. Estos ni siquiera son segundos, porque por la misma regla de tres, el rescate a la banca (60.718 millones), a pesar de que el listo de Guindos dijo que no habría coste para los contribuyentes (menos mal), el rescate del “castor”, unos 1.350 millones de nada, todo ello supera el ruido de un siglo en horas. Y por si fuera poco, infoLibre dice que Montoro pondrá, para el año que viene, una casilla para el rescate de las autopistas. Y sólo he mirado por una de las troneras de la trinchera.
He intentado mirar por otra y he visto en TV3 el programa de las “Cloacas de Interior”. Antes me he informado un poco sobre el tema pensando que era de pornografía, porque todas las demás televisiones del “reino” no se habían enterado de este programa, o sí, y no querían ponerlo en la parrilla.
Menos mal que la trinchera es grande y en un rincón tenía una especie de excusado, que si no los retortijones lo hubiera oído el Tribunal de Cuentas que anda muy fino de oído y me habría disparado una requisitoria, con fuegos de artificios para que la prensa (una chivata que siempre está pendiente de la casa del vecino) me ponga en el disparadero de la caverna.
Al final he apagado la tablet (los más adelantados dicen el iPad) porque las noticias me llegaban hasta la vesícula en forma de bilis. Yo leo la prensa digital que no mancha las manos de tinta, porque lo otro lo mancha a porrillo. Otro día hablaré de mi santo de devoción: Palinuro. Que es ateo, como yo.
Tarjeta ROJA: al ejército. Él ya sabe por qué.