Nos toman el pelo y el bicho a su aire.
Cataluña cerrada y atrancada, los pueblos, otro tanto, el fin de semana y lo que te rondaré morena, todo ello aderezado por un silencioso toque de queda, porque las medidas contra el coronavirus se prorrogarán 15 días más, por ahora. Y un sinfín de recortes con tal de ponerle freno al maldito bicho. Mientras que las “élites” se pasan los confinamientos por el forro. Y es que la pandemia va por barrios, ataca a los “mindundis” y evita a las castas, ya sea económicamente, políticamente o religiosamente. Y es que entre el pico de la segunda oleada que no llega, la R que languidece poco a poco (0,92 esta mañana), los contagios que se frenan, pero no paran y los muertos que van sumando, esto es un no parar.
No hace mucho, el periódico digital “El Español”, patriótico de la “unagrandeylibre”, como debe ser, celebró su quinto aniversario con un “Botellón” de no te menees. O, ¿era “Fiestón”? Porque cuando el PedroJota abre la barra, “to quisqui” hace la ola. Y esta vez no podía faltar la flor y nata del PP, PSOE, Ciudadanos y algunos más que pasaban por allí con traje de faena y medallas al pecho, se engancharon al sarao. Hasta el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y otros tres ministros más, del ejecutivo progresista, dieron sus bendiciones sumándose al carro, violando sus propias normas que han impuesto a la sociedad. Sin contar los presidentes autonómicos, empresarios y algún alcalde que quería salir en la foto, por un acaso. Lo cual me “tranquiliza” mogollón, porque con estos parapetos, el “demonio” no se atreve a entrar en la juerga. A pesar de las recomendaciones, estado de alarma, toque de queda, confinamientos y otras medidas dignas de la contradicción del evento. Bueno, también hay que señalar que son el referente de la población que estaba en sus casas viendo la tele con mascarilla, ya que muchos de ellos viven a costa del voto cautivo de los televidentes y no televidentes. 150 personas, más o menos, porque otros hablan de 80, no se puede comparar con el límite de 6 que tengo en casa, pero quien hace la ley hace la trampa. Y el que se saltaran los cierres de comunidades, los obispos asistentes, fue un juego como el caballo del ajedrez.
Por cierto, de los de Unidas-Podemos, ni rastro en las fotos. Eso es que el rojerío las ha borrado. O ¿A lo mejor no fueron? Y ¿Los de Vox? ¿Los monaguillos no van a las fiestas de los mayores, o qué?
Algunas de las respuestas de los representantes públicos, presentes e inconscientes, no tienen desperdicio. (Ayuso) “Estaba invitada pero sólo se acercó a saludar y se fue”. (Illa) “Se sentó en una mesa con cinco personas y no se quitó la mascarilla. Tampoco se quedó a cenar” y “estuvo el tiempo estrictamente esencial para arropar a uno de los premiados por su papel clave en la pandemia, las fuerzas armadas”. Aunque lo mejor es cuando dijo ·”la mejor distancia es no estar”, “Yo fui a un acto institucional de reconocimiento a las fuerzas armadas. No era el cumpleaños de mi abuela”. Y señaló “que era un acto privado, de un medio privado, como institucional” ¡Alma de cántaro! ¿Por qué, no te aplicaste la frase antes de ir? Para el carro que me bajo en la próxima. De los sanitarios que hacen más horas que un reloj luchando contra el virus, ni nombrarlos. Y los centros hospitalarios saturados. Otro que ha hecho su “meaculpa” es Almeida, el alcalde de Madrid. Algo es algo. Pedrojota, en cambio, erre que erre, que se ajustó a las medidas de seguridad y protocolos, pero él se quitó mascarilla varias veces y que estaban celebrando en un entorno de tristeza ¡Manda güevos! y ¿el “champán” que era de pega? Porque cava no sería. Los camareros, si llevaban mascarilla, es lo que pasa por ser currante, no fuera a ser que les metieran un “puro” por saltarse la normativa.
A continuación, topamos con la Iglesia amigo Sancho. Una misa de beatificación, ceremonia especial que lleva 80 años de retraso y no se podía retrasar más, que el beato necesita entrar en los altares, en la catedral de la Sagrada Familia orquestada por el arzobispado y su banda de acólitos (15 obispos más), con la presencia de otros jerarcas de la liturgia teatral, y de la política, faltaría más, con cargos en las instituciones catalanas. Alguno de ellos forma parte del PROCICAT, ese que tanto nos lee la cartilla sobre lo que debemos de hacer y lo que no.
Bueno hay que tener en cuenta que el Ayuntamiento de Ada Colau estaba en Babia, y no sabía del aforo, ni los detalles de la organización. Y el juego está en los números, que si tiene capacidad para 3.000 y están autorizados el 30%, que si había unos 600 feligreses, incluida la consellera de justicia del Govern. Govern que niega la mayor, y dice que no había autorizado el “evento”, y también: “Que no podemos cerrar iglesias porque en la Constitución española, el derecho a la religión es fundamental y el derecho a la cultura no”. Supongo que el derecho a la vida lleva alguna prioridad, pero como “dios” está por medio, enfundamos el sable y genuflexionemos las cervicales. Señalo lo de beatificación, porque el negocio de las reliquias de santos ya no se estila. Demasiados huesos para tan pocos santos.
En resumen, la solución está en abrir un expediente y darle tiempo a la cosa para que se olvide pronto. Ya tenemos la experiencia de la misa de la Merced, donde todos los partidos catalanes salieron en la foto, junto a los patriarcas eclesiásticos catalanes, por si pasaban lista.
Las argumentaciones para salir por el foro y no mojarse es hablar de principios jurídicos y un galimatías leguleyo que nos saca del terreno de juego. Pero es que nadie se le ocurre hablar de moralidad. Porque para mí, estos actos son inmorales y nos toman el pelo.
Y ahora voy yo, y pregunto, ¿Cuántos derechos fundamentales hay en la CE que están siendo pisoteados por los ejecutivos gubernamentales, además de la religión? Vivienda, trabajo, sanidad, libertad de expresión, etc. Y ¡Ojo! Estamos en un estado “aconfesional”, que si fuera fundamentalista no sé dónde iríamos a parar. O, si ¡Gensanta, con la que está cayendo!
No me extraña que los actores, actrices y mundo de la farándula en general estén más quemados que los palillos un churrero. Y su indignación reboce la olla de la cultura. Algunos tuits de afectados.
(Peyu-cómico) “…suspendida la obra en el Borrás con 350 personas y nos han obligado a cancelarlo y mientras tanto 588 (90% población de riesgo, porque todos los de la sotana son viejos) personas hacen el panoli en la Sagrada Familia. Bravo”.
Otro, (Enric Cambrary-actor) “ De CULTE a CULTURA. Acabar en E o acabar en URA. La distancia entre todo un sector parado en precario, y un sistema con techo de oro y huevos de mármol protegido por el gobierno”.
El humor, también sale a relucir, en el sello musical Banrrobber, en un tuit: “¿Hola Sagrada Familia, no haces un privado con las condiciones para alquilar la sala? Sería para un concierto. Máxima comunión asegurada”.
Guillem (cómico) : “Ya estoy con el curso de sacerdote online”.
Como tampoco es extraño que la hostelería y la restauración salgan a la calle reclamando medidas para salvar a un sector que está haciendo aguas por todos lados. Desde el 15 de octubre cerraron y no ven la “luz al final del túnel”. Y ¡cuidado! Que detrás de las manifestaciones y tirar pinturas a la fachada del Palau de la Generalitat parece ser que están los fachas barriendo para casa.
Y es que mientras los científicos hacen carreras para encontrar la vacuna ideal contra el Covid19, hay un elemento intermedio que los expertos sanitarios están señalando una posible solución el estado de alarma y al confinamiento y cierre de negocios, como el de la hostelería y restauración. Me refiero a los test antígenos. Oriol Mitjá, epidemiólogo, señala que el uso masivo de este test facilitaría más seguridad a los ciudadanos para participar en actividades de riesgo como: la restauración, el ocio y las comidas de Navidad en familia. Destacando que es una herramienta nueva con beneficios en dicho sector. “Ahora no deje que la burocracia no frene su puesta en marcha”, ha señalado al secretario de Salut Pública de la Generalitat, Dr. Argimón.
El test antígeno detecta cuando una persona es contagiosa, y el PCR da positiva cuando todavía hay restos del virus, pero no suficiente para contagiar. La idea está en la mesa, señores políticos. ¿Cuántos muertos más son necesarios para dar marcha al test? Las UCIs no son la solución, son parte del remedio, y el personal sanitario está al límite. ¡Vamos! Que no hay suficientes médicos ni enfermeros para sacaros las castañas del fuego. Por cierto, no es función de los farmacéuticos la de sustituir a los sanitarios. Lo suyo es dispensar medicamentos y asesorar cuando es necesario, que lo suelen hacer muy bien. Lo otro es consecuencia de los recortes sanitarios públicos en beneficio de los privados.