Han finalizado las elecciones a la Casa de los Leones y el resultado del 28-A, mal que pese a algunos, ha dejado al PSOE para que corte el bacalao, si lo dejan, y si tiene lo que tiene que tener para tomar decisiones que saquen a España del barrizal en que ha quedado, después de un gobierno de derechas (PP), porque el tiempo de pruebas del PSOE se ha agotado antes de que Sánchez calentara la cama del palacete, y no cuenta como animal de compañía. Como decía, un gobierno de derechas con el récord de más delincuentes en su haber y con corrupción rebasando el borde del perol.
Ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor. O lo que puede resultar de que tampoco el PSOE es lo limpio que debería y no hablamos de pañales. Pero los de Podemos no están con el empuje suficiente para tomar el relevo del señor feudal, le faltan brega, o mala leche, o no ir por la trocha para no dar tanto rodeo. Así que mientras se dilucida la justa de nobles, y de menos nobles, para ocupar la peana de la Moncloa, nos recreamos con otras elecciones: municipales y europeas, y así no se aburre el personal. Para distraerlo, de aperitivo una carga en la línea de flotación de una lista de rebeldes-sediciosos-indepes, donde tiene su máxima figura en la persona de Puigdemont. Que para la unidad de la patria cualquier cosa es buena, incluso dar codazos al contrario y si es en el hígado miel sobre hojuelas.
Si alguien creía que el PP iba a estarse de brazos cruzados, teniendo la judicatura agarrada por las gónadas, por delante y por detrás, como dijo un tal Cosidó, con la gaviota y su comparsa zurciendo las heridas del Fra-Casado triunfo, que se olvide por ahora, aun tiene la bilis revuelta y quiere hacer del juego sucio su campaña electoral. Así que, qué mejor que atacar al “enemigo público número uno de la unidad de la patriaunagrandeylibre” que para eso “Trabajamos para España”, como si los demás sólo pensáramos en la jubilación, que sigue cotizando al IRPF. Como los del PSOE prefieren estar a sotavento esperando que le allanen el camino, porque de piedras se están encontrando un montón, pues ahí va la primera, y no son sevillanas aunque estemos en Feria, a pesar de crecerle los enanos al circo del gobierno “en funciones”. Hay que vetarlos, pese a quien pese, y ¡Santiago y cierra España! Que hay que sacudir el botafumeiro para disipar los malos olores.
Y qué decir de los de la naranja, no la “mecánica”, que también se atribuyen el heroico veto, porque los “fugitivos no habrían de cobrar ni un salario público, ni representar el país del cual han marchado… y que ellos, al igual que Roberto Alcázar y Pedrín, siguen defendiendo la democracia” con la espada desenvainada. Si ellos lo dicen. Porque pixelando el país, tenemos unos 400.000 cargos que cobran del erario público y no sabemos si son necesarios tantos, o habría que recortar, por lo menos los salarios de los de las Cortes y el Senado que vaya chollo. Así que, gracias a ellos, la JEC, flor y nata del Supremo, “tan ecuánime” que hace aguas cada vez que sale en los titulares, va y veta a Puigdemont, Comín y Ponsatí a las elecciones europeas. Sin olvidar que uno de sus miembros ya pedía al gobierno, hace medio año, la prohibición de la presencia de Puigdemont en la presentación de un libro en Bruselas. Parcial o imparcial, esa es la cuestión.
“Kafkiana, arbitraria, incomprensible, grotesca, confusa, contradictoria, vergonzosa. Son sólo algunos de los adjetivos que han utilizado los abogados de Junts per Catalunya, Josep Costa y Jaume Alonso-Cuevillas para definir la decisión de la Junta Electoral Central de vetar la presencia de Puigdemont, Comín y Ponsatí en su candidatura para las elecciones europeas del 26 de mayo (El Nacional). Se queda corta la relación si tenemos en cuenta que el veto no es en defensa de la legalidad y que la derecha rancia utiliza la estulticia para derrotar al independentismo, ya que no lo puede conseguir mediante las urnas.
Viene la Fiscalía y desautoriza a la JEC, algo increíble pero cierto, porque lo que hace no se ajusta a derecho, hecho que cuatro de los miembros de la Junta ya habían declarado en un voto particular. Que se inventa causas no legales para poner palos en las ruedas a JuntsxCat. Y si la Fiscalía queda corta, el juzgado de lo contencioso de Madrid dice que este marrón no es mío y lo rebota al Supremo, que ya está hasta la coronilla de que le hagan perder la misa de doce de los domingos, lo devuelve al Tribunal Superior de Justicia de Madrid que es al que corresponde, dando la razón a la Fiscalía, reconociendo que la candidatura impugnada es legal, y de camino un tirón de orejas y una colleja a la JEC.
Y este tribunal no tiene más remedio que mojarse el culo, haciendo de tripas y corazón, en tanto oye a una ex ministra del PP, “animarle” públicamente argumentando que sería “humillante que la ley favoreciera el presidente Puigdemont”. Es que la ley la carga el diablo y hay que mirarla con lupa por si tiene tendencias generosas hacia presuntos delincuentes. Porque no hay ley que favorezca a los más de 1000 imputados de los “tropocientos” casos de corrupción del partido que había gobernado, escondiendo en su “casa de Génova” una banda criminal, según la justicia, y que todavía no se sabe oficialmente quien es MpuntoRajoy, que haría un gran favor su aparición, por esa minucia de los sobresueldos y mamandurrias varias. Y ya puestos a ver leyes generosas, también se podría mirar la lista de jueces “amigos” sin tener que recurrir a un Villarejo cualquiera.
Después de marear la perdiz, de que la JEC vulnere la ley, de que las voces críticas derramen por el camino la esperpéntica situación, después de que el veto saliera de la fronteras, después de que la sentencia, los recursos, y la petición de que uno de los jueces se abstenga de participar en la toma de decisiones, por su “vergonzosa parcialidad”. Después de todo eso, y más:
El juzgado de lo contencioso da luz verde a la candidatura de Puigdemont a las europeas, declarando “el derecho de los exiliados de formar parte, como candidatos, del partido LLIURES PER EUROPA (Junts) para las elecciones del Parlamento Europeo 2019, y ordena a la JEC que lleve a término la publicación de la candidatura incluyendo los nombres de los candidatos. Eso tiene que doler a la JEC mogollón. Porque según los mentideros de las campañas, si se valorara la propaganda que esta cagada da la candidatura, apenas conocida, sería alrededor de 50 M de €. Y aquí no ha pasado, ni pasa, ni pasará nada. Porque la “ética” de dimitir todavía no arraiga bien en esta “democracia” a la española.
Ahora, se buscan culpables y Llarena lleva todas las papeletas, por declarar la situación de “rebeldía procesal”, la cual no se sostiene ni con una pinza en la nariz, después de retirar las órdenes internacionales de detención y sobre todo, rechazar la entrega de Puigdemont desde Alemania.
“¡Cuán gritan esos malditos! Pero, ¡mal rayo los parta si en concluyendo la carta no pagan caros sus gritos!» diría el canalla, machista y criminal, Don Juan de turno ante un caso similar. O no lo diría y se subiría al carro político que mejor lo representara.
No es de extrañar que Borrell (ministro en funciones de Asuntos catalanes en el Exterior) y su estrella diplomática “España Global”, preparen a 200 “entendidos” en diplomacia para intentar de limpiar fuera, la mierda que dentro se genera.