Reseña: Introducción a Cataluña en la España Moderna (Pierre Vilar).
En la Introducción a la obra, Pierre Vilar nos señala el significado que Cataluña tuvo para él. La motivación para
Una forma diferente de ver la actualidad política y social.
Un balcón para la Historia.
Un Racó per a Catalunya.
Dando un paseo por la historia republicana de este “reino”, expongo lo siguiente:
Se cumplen 91 años del nacimiento de la II República Española y no puedo dejar atrás un recuerdo de lo que pudo haber sido y no fue. Una esperanza del pueblo, rota por un pronunciamiento militar. Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 fueron el inicio de una ilusión republicana, a partir del 14 de Abril de 1931.
En primer lugar, no se debería olvidar la I República, aquella que hace 151 años, dentro de lo que se llamó el Sexenio Democrático, nació, precedida de un Sexenio Revolucionario, lleno de “revoluciones liberales”, que terminaron en la Revolución Gloriosa, una década cargada de descontentos contra Isabel II, que en el Pacto de Ostende (1866) buscaron derribar la monarquía, nombrar una asamblea constituyente y una nueva forma de gobierno mediante el sufragio universal directo (masculino). Una “Gloriosa” precedida por el Manifiesto de los militares sublevados de Cádiz, (1868), el de un ¡Viva España con honra! (almirante Topete), que pretendía implantar el sufragio masculino (algo es algo), con bases “democráticas”. Menos da una piedra. Pero con una Constitución que se quedó a verlas venir y que puso los pelos de punta a la Iglesia y una representación parlamentaria que llevaba la recámara cargada de desencuentros eclesiásticos, como lo de la separación de la Iglesia y el estado, algo así como la laicidad que tanto echamos de menos, incluso en tiempos actuales. Con un breve tiempo de monarquía parlamentaria, de la mano de Amadeo de Saboya “el Electo” (1871-1873), hijo de Víctor Manuel II, el que metió en cintura al Papado, arrinconándolo dentro del Vaticano y unificando Italia.
Amadeo I se vio en medio de una coalición monárquica donde el poder no llegaba a consolidarse ya que la aristocracia y los sectores tradicionales españoles mostraron desafección al régimen del italiano y maniobraron hacia la restauración borbónica. Seis gabinetes incapaces de gobernar, la guerra de Cuba, la guerra Carlista y unos borbónicos, llamados alfonsinos que afilaban sus facas, pusieron tal panorama que pensó ¡Ahí os quedáis y que os den! Mientras decía: “¡No entiendo nada, esto es una jaula de locos!” y dando un portazo, nos dejó con la miel en los labios y la puesta en marcha de una democracia. Monárquica, pero en aquellos tiempos, una democracia era un lujo.
No hay mal que por bien no venga y, entre monarquías, hace 151 años, aparece la Primera República. Que duró casi dos años (enero-1873-diciembre 1874), es decir, un suspiro y medio, que es lo mismo que nada. Tan poco tiempo que no se le pudo tomar el pulso a un gobierno republicano. Pero la semilla quedó en el camino esperando tiempos mejores. A pesar del intento, cuatro presidentes se sentaron en la poltrona de la presidencia de las Cortes. Y es que las repúblicas, en España, han tenido mal asentamiento. Hasta que un general de nombre Arsenio, como ocurre siempre, dio un golpe militar restaurando la monarquía de los Borbones, sentando en el trono a un tal Alfonso XII, aquel que el régimen franquista le hizo una película con el pomposo nombre de ¿Dónde vas Alfonso XII? “Dónde vas triste de ti”.
Un rey que fue visto y no visto, dejando sobre la mesilla de noche de la política el manual del absolutismo y en un cajón escondió la soberanía del pueblo. Eso, sí, también dejó para la posteridad, una alternancia de los partidos políticos en el gobierno, el bipartidismo. Como diciendo, ¡Ahí os dejo el regalo! El que tenga “güevos” que lo abra. Y en esa estamos, dos partidos en la alternancia del poder.
Le sucedió un hijo más putero que ladrón, o viceversa (Alfonso XIII) que, al final se le fue todo por la alcantarilla cuando nombró a otro militar (Berenguer) de la camarilla cortesana, para que salvara la monarquía caducada, de una democracia y lo único que consiguió fue condenarla. Y viéndole las orejas al lobo republicano huyó del país hacia donde la banca le guardaba los “ahorrillos”.
Unos republicanos que venían con mucho entusiasmo, consiguieron dar forma a una II República que despertó la esperanza de la sociedad empobrecida.
Los resultados electorales de las municipales, del 12 de abril de 1931, provocaron grandes manifestaciones republicanas, los militares decidieron no sacar las tropas en este contexto y la monarquía cayó. Romanones pactó, con el comité revolucionario, un exilio pacifico del rey y la familia real. Aunque visto lo visto, yo creo que no cayó, se escondió y apareció agazapada tras una dictadura.
Se inicia la II República. Es el 14 de abril de 1931. Francesc Macià (Presidente de la Generalitat de Catalunya), al conocer los resultados proclamó el Estado Catalán, bajo el régimen de una República Catalana, e invitó a las demás regiones a organizar un Estado Federal, aunque después colaboró con Madrid priorizando la estabilidad del nuevo sistema político. Un gobierno provisional entre abril y diciembre de 1931. Nacido del Pacto de San Sebastián. Iniciándose el llamado Bienio Social o Azañista (31-33).
Una República que es acosada por los militares, caciques, terratenientes y clero cuando ven disminuir sus privilegios:
– La Ley de reforma agraria para combatir el paro agrícola.
– Es declarada la libertad religiosa y la enseñanza religiosa en las escuelas públicas deja de ser obligatoria y pasa a ser voluntaria. Los obispos españoles protestan ante el presidente del Gobierno por su pretensión de separar Iglesia y Estado. También es disuelta la Compañía de Jesús.
– La reforma del Ejército, reduciendo a la mitad las divisiones y la clausura la Academia General Militar de Zaragoza, no gusta a los uniformados, y sobre todo a los africanistas y antirrepublicanos.
– Se aprueba la ley de divorcio.
Un intento de golpe de estado en agosto de 1932 (Sanjurjada). Ensayo de lo que más tarde sería un 18 de julio del 36.
En tanto, la derecha se va recomponiendo. En enero de 1933, los monárquicos fundan Renovación Española y en marzo, un grupo de católicos lo hacen con la CEDA. En octubre se crea la Falange. Es decir, los contrarios a la República se van organizándose. En abril de 1933 vuelven a haber elecciones municipales y por primera vez en la Historia de España, votan las mujeres. Y el resultado vuelve a estar a favor de los republicanos. Pero, el bienio radical o bienio negro de 1934-1936, está en poder de la derecha, amnistiando a los participantes de la Sanjurjada. En 1934 tiene lugar la Revolución de Octubre.
“La derecha menos republicana y menos monárquica, tras ganar las elecciones en noviembre de 1933, impuso su dirección al nuevo gobierno y no sólo frenó las reformas, sino que desmontó en unos meses casi toda la obra de los gabinetes del bienio anterior. (LE. Íñigo Fernández: “Breve historia de la II República Española”).
Con el tiempo, la República fue perdiendo fuerzas, cuando los partidos republicanos se dividieron, por selección natural de izquierda por un lado y derecha, por el otro. Hasta que el ejército, la CEDADE, la Iglesia, los terratenientes y el entramado caciquil tiraron por tierra la ilusión y la libertad de un pueblo, por medio de un pronunciamiento militar que mantuvo en el poder una dictadura por 40 años. O. más.
En 1975, cuando creíamos que con la muerte del dictador recuperaríamos la Republica, una “farsa transición”, manipulada desde dentro del franquismo tiró por tierra la posibilidad de volver a ser una Republica y nos quedamos a las puertas de la III República.
La clave estaba en pasar el régimen franquista por el crisol de la Ley para la Reforma Política (LRP), Una criba perfecta donde entró todo lo anterior y se “transformó” en algo parecido a un estado democrático, donde los ciudadanos pasaron por la mesa de los trileros y se engulleron la LRP, como si fuera la vacuna de la dictadura. Y es que un tal Suárez, que venía de ministro secretario General del Movimiento, y presidente del gobierno puesto por el monarca impuesto por el “padrino”, consiguió, meter en la “Constitución” una forma que diera valor a las Leyes Fundamentales y al mismo tiempo que reconociera al “heredero del dictador” como jefe de Estado, metiendo la monarquía con calzador, dentro del sistema político español, y con ella, todo el sistema institucional que mantenía el “mercadillo” de la dictadura. No obstante, con el tiempo se sabría que la trastienda del negocio político, estaba empañada, y una entrevista de la periodista Victoria Prego a Adolfo Suárez, en 1995, que permaneció oculta hasta 2016 y se publicó, dos años después de fallecido Suárez, en La Sexta Columna, encendió la “bombilla” cuando el tal Suárez, con el micrófono tapado, reconocía, “que la mayor parte de los jefes de Gobierno extranjeros me pedían un referéndum sobre monarquía o república” …” Hacían encuestas y perdíamos. Era Felipe (González) el que les estaba pidiendo a los otros que lo pidieran. Entonces yo metí la palabra rey y la palabra monarquía en la Ley. Y así dije que había sido sometido a referéndum ya”.
Aquellas encuestas que aludió Suárez existieron a través de la Fundación Foessa, bajo el nombre “Informe sociológico sobre la situación social de España” (realizado en1970 y publicada una síntesis en 1972, donde se omitieron los datos relativos a la preferencia del sistema para después de Franco). Los siguientes datos están publicados y fueron elaborados por sociólogos, entre los que estaba Amando de Miguel y cinco más.
La pregunta daba a elegir a los encuestados, entre monarquía borbónica, monarquía carlista, república o régimen actual (franquismo). Los resultados no dejaban lugar a dudas: el 49,4% miraban la república, el 20,8 lo hizo mirando al Borbón, y un 29,8% se quedaban con el régimen dictatorial. Pero desmenuzando el tema se comprueba que 76% de los estudiantes suspiraban por la república, los abogados lo hacían en un 53%, los empleados en un 45% y los obreros, por un 30%, siendo estos los que se decantaban por la continuidad franquista en un 55%. Es lo que hay cuando un obrero vota a la derecha. (Estos datos están en la obra de Luis Miguel Sánchez Tostado: “La Transición oculta”. Muy interesante.
Con estos resultados, no es de extrañar que los del “Atado y bien atado” se aseguraran de que no hubiera referéndum para elegir el sistema monárquico sin pasar por las urnas.
Lo extraño es, que fuera el tal Felipe en su papel de ¡Isidoro”, descamisao y con chaqueta de pana, el que pidiera a los jefes de países extranjeros que presionaran para que se hiciera un referéndum para elegir monarquía o república, y tiempo después, otro presidente del partido “socialista” reconociera que “el Rey representa los valores de la II República” (CNN-2019). ¡Manda güevos! Así nos luce. Mientras tanto, seguimos esperando a las puertas de la III República.
En la Introducción a la obra, Pierre Vilar nos señala el significado que Cataluña tuvo para él. La motivación para
Del discurso de Nochebuena al discurso de la Pascua Militar, con una venda en los ojos y una pinza en la nariz. El “Nipío VI”, o quizás “El Mudito”, según Anasagasti (diputado del PNV), ha pasado como una bailarina, de puntillas, por la caja tonta para asombro y recochineo del personal. De paisano o de general de marina. Henchido como un pavo real o, dormido de pie. Discurso va, discurso viene. Pero sin “mutis” que sus “subordinados golpistas de la milicia” les envían mensajes antidemocráticos, por delante y por detrás. O les tiene miedo, o está de acuerdo con ellos. Ahí queda.
El confinamiento, las cifras que parecen contagiadas del baile de San Vito, el Pedrito Virusánchez parapetado detrás militares que hablan del virus como si fuera una guerra convencional: “Mi querido enemigo virus, sin novedad en el frente”, al paso firme del sargento Arensibia en Memorias de la Puta Mili, un comunicador de prensa (Oliver) que filtra todo menos el café, unas voceras que hacen su papel de allanar el camino con tierra arcillosa y un Fernando Simón, experto epidemiólogo, que capea el temporal pandémico mejor que George Clooney en la “Tormenta Perfecta”, además de sufrirlo en sus propias carnes. No lo envidio con la cuadrilla de “colegas” que tiene en el dichoso “Comité de emergencia” y sálvese el que pueda.