O lo que es lo mismo: La Justicia frente a la “Justicia”, un entrecomillado que deja en el aire la confianza en una justicia que hace aguas por todos lados, cuando deja al descubierto su dependencia del poder político, para llevar a cabo los objetivos políticos transformándolos en “procesos judiciales”. En tanto, hay otra Justicia, la de andar por casa, que si tiene visos de independencia, a pesar de las trabas que el poder judicial, la fiscalía y la abogacía del estado bajo la tutela del Estado que los utiliza como cuerpos de choques políticos, para impedir que la Justicia sea lo que su propio nombre indica: Justicia.

Cuando hace un par de semanas, la Audiencia de Barcelona, reabrió la causa de las cargas policiales del 1-O, en cuatro centros electorales donde hubo un total de 39 personas heridas, parecía que el escenario de “omertá”, que hasta ahora había estado, pululando por encima de los cuerpos policiales como las lenguas de fuego del Espíritu Santo, se está apagando como una palmatoria sin aceite. Una Audiencia, que ha dado un salto cualitativo en el panorama oscuro de la justicia, en contra de la Fiscalía, la Abogacía del Estado y de los sindicatos policiales. Porque de un tal Zoido, hubiera, hubiese, o habría sido mejor no haberlo conocido.

A pesar de que en el juicio del procés, Marchena, como el Guerrero del Antifaz, y ayudado por una fiscalía incansable en buscar la violencia más allá de lo razonable, ha hecho de su toga un sayo favoreciendo que esta violencia ejercida contra los ciudadanos votantes, se transfigurara en la violencia necesaria del independentismo para hacer aparecer de la nada, una rebelión de una resistencia pasiva. Con la ayuda de maniobras manipulando torticeramente las instrucciones del TSJC con tal de impedir las votaciones. Recordemos que se debía utilizar la fuerza mínima indispensable y garantizar la protección ciudadana.

Pero el tema se está volviendo en contra de un Estado que no sólo utilizó las fuerzas policiales para impedir el Referéndum del 1-O, sino que dejó el estado de derecho, y la “seudodemocracia española” hecha unos zorros, con la connivencia de la Fiscalía, la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo, y de cancerbero mayor del reino al VI de los Felipes, mal llamado “El Preparado” y toda la corte de prensa mediática que hace de la servidumbre su mejor portada.

No creo que la Audiencia de Barcelona haya salido de “motu proprio” a dar la cara, pero algo es algo. Desde mucho antes, un juzgado, el 7 de Barcelona, donde el titular del mismo (Xiscu le llaman los que trabajan con él) se mueve discretamente, como dicen en Catalunya:”De mica en mica s’omple la pica”, o lo que es lo mismo: “Poco a poco se hacen las cosas”.  Y tanto que ha hecho. 278 denuncias, sólo en la ciudad de Barcelona, las ha transformado en una gigantesca instrucción con 27 piezas separadas, que van escalando el organigrama del misterioso ministerio del interior. Por ahora, 41 agentes de la PN imputados, y van subiendo el nivel del cargo. También se ha identificado al escopetero que dejó tuerto a Roger Español, algo imposible para el TS, Marchena, y su corte de incompetentes, por decirlo de forma suave. Las voces “oficiales” negaban los tiros de pelotas de goma.

Mentira, se ha descubierto que la Policía nacional disparó 17 balas de goma y 59 cartuchos de protección (Salvas sonoras). Según informe inédito, elaborado por el responsable de las Unidades de Intervención Policial (UIP). Material restringido su uso para casos de riesgo, por el Parlament de Catalunya en 2013. Ahí queda eso. ¡Eh! Marchena ¿estás al loro, o esto está fuera de plazo?.

Tampoco hay que olvidar que en este proceso del 7, está la acusación particular ejercida por el Ayuntamiento de Barcelona, que tal como está el triunvirato actual, veremos cómo se le queda la cara a Colboni (PSC). También está el apoyo de otras instituciones como: IRIDIA y la Asociación de Juristas por los Derechos Civiles.

La Audiencia de Barcelona argumenta, cuando el agua ha llegado al mar, que hay que parar la corriente del rio desbordado para comprobar si los mandos policiales incumplieron la orden judicial, y con sólo cuatro centros tienen faena para rato. Que sea por el bien de la justicia, más vale tarde que nunca.

Mientras que el carro de la justicia, la primera, la de pie de calle, hace su andar, lento pero seguro, la segunda, la de las alturas, la del TS, el de Marchena y sus seis espadachines, y la sombra del gran crucifijo en pared, porque lo de la laicidad es para tomar nota, ya ha dejado el juicio para sentencia, pero no sabe, no contesta, si esta saldrá antes que termine el verano o después, con el otoño y la caída de las hojas. Ya que lo que hemos visto y oído, porque las caras tapadas era una peregrinación, ha dejado un sabor de boca muy agrio. Y hasta que un tal Sánchez haga su reentrée, si es que la hace, porque lo de los apoyos “amigos” no se les ve tanto. Como decía, su rentrée en la Moncloa, o que el Parlamento Europeo diga su última palabra con los tres diputados independientes.

Porque lo de Tajani es de traca mayor, la derecha más derechona europea tomando sus arbitrariedades manga por hombro, que vaya marrón que tiene, o que la JEC haga otra cagada fuera de tono, porque si nos remitimos a las de Borrell, es que es un culillo de mal asiento, dejando a sus votantes con palmos de narices. Aunque si resumimos el todo de la segunda parte, es una fobia contra el independentismo catalán de aúpa. Es el “A por ellos” institucional, al más puro estilo fascista. Desde el fascio de Mussolini hasta el emblema, del haz de faces o haz de líctores romanos, de la GC escondidos entre las Brigadas de Información que hacían el seguimiento del Referéndum y un tal Tácito, relator del best seller de historia de rebelión, pasando por el 155, el trifachito y un tal MpuntoRajoy que sigue en paradero desconocido.