La Tormenta Perfecta en Barcelona
Esta semana en Barcelona se ha cernido la Tormenta Perfecta, en sentido figurado faltaría más. Un comienzo por la puerta
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No es mío el titular, qué más quisiera, es demasiado gráfico para una mente tan recortada como la mía, pero lo apadrino con todo cariño. “El Supremo esta, cada vez más, fuera de control y amenaza la democracia”. Una frase que en boca de un profesor de derecho constitucional y ex letrado del Tribunal Constitucional, debería poner los pelos de punta a cualquier ciudadano que todavía tenga la “ilusión” de creer que estamos en una “democracia” como dios manda. Como escarpias diría un puritano democrático, si es que queda alguno.
Y el profesor Urías, no se muerde la lengua cuando pone en duda la neutralidad de dicho Tribunal, desde su propio sistema de información, cuando dice: “el servicio de prensa del tribunal publica las sentencias que consideran relevantes…”. Una forma sibilina de censurar sus propias publicaciones. Cuanto menos sepa la gente y los listillos de la jurisprudencia. “Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor”. Nunca una frase reflejó mejor la mentalidad de un sistema que ve como la sociedad se pervierte con las raíces de la corrupción política.
En una entrevista en El Nacional.Cat del 12/08/2019. Joaquín Urías pone en solfa el lado oscuro de la “justicia” sin apenas despeinarse. Y es que su experiencia dentro del “negocio” le da juego para ilustrar que no es oro todo lo que reluce, en un estamento donde los tribunales se han convertido en actores políticos en la España del bipartidismo, que hace de tripas y corazón cuando en el escenario político aparecen partidos que hacen sombras a esa bicefalia compartida entre la izquierda-centro y el centro-derecha, lo que hace que el tres en uno suene mejor.
Se arremanga, en este verano caluroso, y señala que la dirección del poder legislativo y del ejecutivo, tiene otro pretendiente que se mueve en el consejo general del Poder judicial, que nombra a los jueces del Supremo, según sus reglas de juego, sin control desde fuera. Es decir, para entrar en este nivel hay que tener un cierto pedigrí, compartido entre le bipartidismo y la herencia política preconstitucional. O lo que es lo mismo, tener padrinos de antes del régimen del 78. ¡Joder! lo que hay que hacer para no nombrar el brazo largo del franquismo.
Porque esto no es un juego de reparto de presupuestos. Esto supera el poder del voto de unas legislativas. Aquí el voto ciudadano importa un comino. Lo importante es el pedigrí, la estirpe familiar y la política de los personajes propuestos a los niveles máximos de la judicatura y de la Fiscalía, que no se olvide esta última, y que no hay tribunales por encima de ellos que le puedan dar collejas, de inmediato, salvo los de la UE y a largo plazo, pero sin olvidar que también están acaparando puestos de estos tribunales.
En la entrevista deja aflorar algo muy importante. Y es que dentro del Tribunal Supremo tienen conciencia que están asumiendo un papel que no les corresponden, pero que lo han de hacer porque los políticos no lo quieren hacer. Es el papel de salvador de España…” Y aquí surge el problema del control sobre este tribunal, como no hay un poder que los controle, los jueces se salen de su espacio legítimo y asumen competencias políticas, y no hay nadie que los pueda controlar… cada vez más es un poder fuera de control y un poder que comienza a ser una amenaza para el orden democrático español”.
Aparte de un grave agujero a la democracia, también se moja hablando del aval del Tribunal Constitucional a la aplicación del Art. 155, señalando que el TC se ha ido por camino más fácil de avalarlo, y “reduciendo muchísimo el espacio al Estado Autonómico”, haciendo de la centralidad el aspecto más relevante, llevando al colapso al sistema de las autonomías.
Se le ha preguntado sobre la sentencia al “procés” y su sensación coincide con muchas de las ya dadas por expertos del derecho constitucional y otros. Deja sentado que a pesar de la imagen de transparencia del juicio, no se ha permitido a las defensas todas sus argumentaciones, y que el tribunal siempre ha tomado partido por la acusación, el resultado es que el juicio ha ido por un lado y la sentencia irá por otro. Que la sentencia ya está escrita, y aquí paz y después gloria, como diría el refrán.
También ha señalado que la prisión preventiva, si se compara con otros casos sentenciados ha sido un abuso palpable y con finalidad política, por la exigencia continuada del tribunal para que los presos por motivos políticos se les tengan en prisión mientras no cambien su ideología. Por no hablar del caso de Sandro Rosell.
Y en el caso de los informes del Grupo de Trabajo de la ONU, incluso de de otras decisiones favorables a los acusados provenientes de organismo internacionales, sea Estrasburgo, tribunal alemán, etc. es incomprensible que los jueces españoles digan que los jueces del mundo no comprenden el derecho español. Por no hablar de las decenas de juristas de casa que ponen en duda las acusaciones. Y pone en negrilla que estos comportamientos “sitúa al Tribunal Supremo en un nivel de otras épocas”.
Y no deja en el tintero del olvido hablar de la sentencia del Tribunal Constitucional tumbando la reprobación del Parlament catalán al Rey: “Es una de las peores sentencias que conozco del TC. Es una sentencia servil, en la que dibuja un modelo de monarquía que no es la actual”, que eso de que no se le puede censurar se sale del sistema. Sobre todo hacer un comunicado y publicarlo sin ser ratificado por la presidenta de las Cortes, diciendo que no hará una investidura como la anterior… Y la Casa de los Leones silbando a la vía que pasa el tren.
En realidad, si miramos todo lo que viene de la “Casa Irreal” es un anacronismo político y social. Donde un rey que debería ser neutral se bandea hacia la derecha, con una escoración franquista que echa para atrás. Así nos luce.
En realidad podría decir que no es mi rey, porque en el discurso de aquel 3 de octubre dijo muy enfadado y muy claro que se identificaba con la mitad de la población catalana que no había votado a los independentistas. ¡Oído cocina! Lo tengo en cuenta.
Y algo de ello tiene que haber en todo este tinglado judicial cuando voces reconocidas del derecho salen a cara descubierta denunciando las salidas de “orden”, o de ley, o de las reglas del juego de altos tribunales, con una desvergüenza que hace temblar la democracia, si es que hay algo de ella en este sistema.
Un ejemplo lo tenemos en Pérez Royo, catedrático de derecho constitucional, que en junio pasado aseguró que el Tribunal Constitucional, lo más de lo más, “dio un golpe de estado en Cataluña”, en referencia a la sentencia del Estatut del 2010. Y, en el caso del procés, también ha dejado su firma pronosticando que si Junqueras, Puigdemont y Comín accediesen a la condición de eurodiputados, este año no habría sentencia y saldrían todos los presos de la prisión. Y eso es porque adquirirían la inmunidad y no se les podrían juzgar sin suplicatorio al Parlamento Europeo.
Si estos datos no aclaran la versatilidad entre el poder judicial y el poder político, cada uno por su lado, y juntos en misa en tanto repican las campanas y la Iglesia imparte sus “bendiciones”. Está la prensa servil, con plumas de renombre que ven que el gobierno del estado está perdiendo puntos en el Parlamento Europeo con la posibilidad de que Puigdemont llegue a entrar al pleno del Parlamento y están reclamando la intervención del juez Llarena para que resucite la euro orden contra el MHP Puigdemont, aunque sólo sea por malversación, que lo de rebelión y sedición no lo ven sobre el papel. Siempre nos queda Borrell para mantener la cruzada contra el “infiel indepe” sigue incólume.
La política y el Supremo parecen ir de la mano cuando se trata de hablar de la sentencia. El mismo día 20de junio, mientras uno de los jueces del “procés 1-O” habla de la posibilidad de que la sentencia salga entre septiembre y octubre, descartando que pueda tener lugar antes, pero que están deliberando y eso les llevará tiempo. Iceta, secretario del PSC, apunta en la misma dirección, diciendo que habrá una sentencia muy rápida, y también pone la fecha entre septiembre y octubre, como si hubiera vasos comunicantes en las deliberaciones.
Otro que marca terreno en sus críticas a la justicia española es Baltasar Garzón, en un artículo del pasado 13/06/2019 en el Diario.es, señalaba que “Torcer el Derecho por razones políticas o evitar situaciones complejas, que supongan verdaderos quebraderos de cabeza para los altos funcionarios encargados de acusar y juzgar, no tiene cabida en un Estado democrático que se rige por el imperio de la Ley”. Situación en la está Junqueras, que no le permiten hacer lo que la ley dictamina, que es recoger el acta de eurodiputado. Todo ello está en los protocolos de la Unión Europea, pero “Spain is different”, que Fraga paseó por sus eslóganes turísticos de los años 60, y se los pasa por el arco del triunfo mientras que el Parlamento de la UE no les de las collejas que necesita para entrar en vereda. Pocos cambios se ven desde entonces don Manolo.
Si echamos una mirada retrospectiva hacia los tribunales más rancios y floridos que nos observan y rigen desde sus atalayas, encontramos a una Audiencia Nacional nacida, o reencarnada desde un Tribunal de Orden Público (TOP), símbolo de la represión policial y política, estrella del franquismo, con todo su equipo y recursos sin pulir, directamente al tracto intestinal de la Transición y entrada triunfal como un ángel liberador de la “democracia”, con sus familias, su pedigrí, sus apoyos rancios y toda su parafernalia, incluido el crucifijo, que siempre anda de una mesa a otra por los tribunales inquisitoriales.
Y del Tribunal de Cuentas, es para echarle de comer aparte. Aquí sí que se necesita un perfil adecuado para entrar a formar parte del equipo directivo, como mínimo dos conferencias en los congresos de FAES y de la derecha adyacente, y algún afiliado a la Obra, que hay que llegar en estado “puro” para cotejar las cuentas de la Generalitat. Si sentís curiosidad mirar los apellidos de algunas de las figuras que pululan en sus filas. Sin desperdicio.
Esta semana en Barcelona se ha cernido la Tormenta Perfecta, en sentido figurado faltaría más. Un comienzo por la puerta
Decía que tenía mis dudas sobre el tema de la investidura de Sánchez. Algo que lo manifiestan alrededor del 56,4% de los españoles, que prefieren unas nuevas elecciones antes que un pacto con los independentistas “catalanes”, según una encuesta, de La Razón, aunque con el tipo de preguntas que plantea, no es nada extraño dar con un resultado al “alza”. ¿Ve conveniente una repetición electoral antes que un gobierno de Sánchez con los independentistas? En la pregunta va implícita la respuesta.
“¡Cuan largo me lo fiais, amigo Sancho!”, diría el sufrido Alonso Quijano si levantara la cabeza, desde su tumba literaria. Y es que 35 años, que se dice pronto, han tardado los jueces en levantar sus puñetas al aire para reclamar “justicia”. En casa del herrero cuchara de palo.
¿Verdaderamente los Marchenas estos de la vida, los jueces estos cuñaos de los corruptos que se llevan el botín fuera de España, los jueces estos, hijos y nietos de los golpistas del 36, jueces que lo suyo son juicios como «El crimen de Cuenca» donde la GC le levaba al reo bien «calentito» y con la culpabilidad firmada (aunque no hubiera habido tal crimen) están preparados para un juicio de la envergadura del «Proces»?
Gracias amigo Antonio. Pero son los putos amos en el negocio judicial. ellos son la ley.