Clara Ponsatí vs Llarena
Mientras el Farsánchez, se vanagloria de que, durante su mandato de gobierno más progresista de la Transición, su política apostando por “el diálogo”, se referirá a una Mesa de Diálogo fantasma, los indultos, la eliminación del delito de sedición, y lo que han dado por llamar “desjudicialización de la política”, están dando resultados en hacer retroceder al independentismo, que yo no lo creo, aunque los de JUNTS se hayan salido del gobierno de Esquerra (ERC) y los de Aragonés queden a los pies de los caballos del PSC, hiperventilando a Salvador Illa, dando su apoyo a los Presupuestos de la Generalitat, junto a Unidas Podemos, enfrentados a los de JuntsxCat que hacen oídos sordos a un posible retorno del tripartito, donde ellos no estarán.
Pero eso es la política de tierra quemada. Aunque yo mantengo que el independentismo está latente, y las manifestaciones no las mueven los partidos. A pesar que Jordi Sánchez, el otrora vocero mayor de la ANC (Assemblea) y que, por subirse al techo de un coche de la Guardia Civil que estaba más pisoteado que una era trillada, fue detenido y procesado e indultado, reconozca ahora que “el independentismo carece de ruta”. Supongo que esto lo dice en nombre del partido que se aferra al gobierno de la Generalitat mientras los “contrarios” le sacuden la silla del poder” para que ERC se caiga del “pedestal” donde subió con la ayuda de los que ahora se escupen sus debilidades independentistas (JxCAT).
Tampoco Marta Rovira (secretaria de ERC en el exilio) aclara la situación y en una entrevista deja escapar un dardo:” El 1-O no se consiguió el objetivo que se había propuesto. ““¿Alguien ha aplicado el mandato del 1 de octubre”? Lo suyo es que se lo preguntara a su jefe de filas que para eso manda en el pelotón de Esquerra que debería aplicarlo. Aunque visto el panorama desde otro ángulo, el exabogado escocés de Clara Ponsatí, Aamer Anwar, dice que “es la gente, más que los políticos, quien tiene el poder de cambiar las cosas”.
Con todo eso y más que menea el puchero político catalán. Una exiliada, indepe, sin afiliación partidista, pero exconsellera de Educació del Govern de la Generalitat, defenestrado por el 155 y sus “fieles” seguidores. Se ha presentado en Barcelona, estrujando la orden de captura de un tal Llarena, ha dado una rueda de prensa en el Colegio de Periodistas, después, ha sido detenida y retenida durante cinco horas en los juzgados de la Ciudad de la Justicia, a pesar de su inmunidad parlamentaria europea. Una noticia que ha levantado sarpullido en todo el entorno político y mediático de Cataluña y otros lares.
Teniendo en cuenta que los actos justicieros del “Llareno solitario” nunca sabes por donde van a salir y que el Tribunal Supremo se divide entre “progres” y conservadores” con las puñetas alteradas, no puedo evitar salir al ruedo y dar mi opinión, tan pobre como la de cualquier “súbdito” que no quiera ser “equidistante” y decida mojarse.
Como decía, Clara Ponsatí ha dado un paso adelante y ha entrado en Territorio Comanche, en el único país de los 27 que se mantiene la orden de detención contra los exiliados. Se ha plantado en medio de Barcelona sin pasar por taquilla. Y ante una gran expectación mediática ha finiquitado cinco años de exilio. No se ha mordido la lengua, de acuerdo con su talante. Ha criticado la represión del estado español, ha denunciado la debilidad de las instituciones catalanas, poniendo en cabeza al gobierno de Aragonés (ERC): “No he venido a hacer ningún pacto con el estado”, dijo, y poco después le mostraba su carnet de eurodiputada al policía que la detenía, sin tener en cuenta esta circunstancia, en medio del gentío que la seguía. La foto queda hecha.
En principio quería volver por el paso fronterizo de La Vajol, en el Alt Empordà, por donde salieron hacia el exilio, el 5 de febrero de 1939, Lluís Companys y José Antonio Aguirre (lendakari del gobierno vasco). También lo usaron Manuel Azaña, presidente de la República, pero no pudo ser porque el paso está bloqueado por unas grandes piedras colocadas para impedir el paso de vehículos, por orden francesa, saltándose lo de acuerdos Schengen, hasta el día en que los bomberos no puedan pasar para sofocar incendios. Bueno, pues nada a pasar por la Junquera-Le Pertús, como todo hijo de vecino.
La cuestión es que con la entrada al descubierto y, después de la rueda de prensa, una vez paseando por el centro de Barcelona, ha sido detenida por un subinspector de la policía catalana (Mossos d’Esquadra). Sí, sí, policía catalana, aunque entre los “curiosos” había algún que otro policía de los otros, y me atrevo a decir que algún guardia civil, que estos no se pierden ningún sarao. Y me pregunto, ¿Por qué, el Llarena, no utilizó a su policía judicial preferida?
Ponsatí fue llevada a la ciudad de la “justicia” y durante cinco horas esperó la puesta en libertad sin declarar, pero parece ser que el tal Llarena no sabía, o no quería, cómo hacerlo y el juez de guardia con el rosario debajo de la mesa, comiéndose el “marrón”. Porque según los que saben de esto, más que yo seguro, dicen que la orden era para comunicarle que tiene que presentarse ante el “superjuez” dentro de un mes, ya que el “delito de desobediencia” del que le acusan, ahora, no conlleva prisión y no debería haber sido detenida. Es decir, aquello de la ·rebelión”, la “sedición” y la malversación que tanto ondeaban al viento de las cavernas, como que quedó sin efecto, pero como es indepe, el fantasma” del terrorismo contra la “unagrandeylibreunidaddelapatria” se aplica de entrada y después, “Aquí paz y después gloria” o viceversa. Aunque eso ya los veremos.
Por otra parte, Ponsatí es eurodiputada y tiene inmunidad, pero eso al “Llareno” ya lo sabe y le importa un bledo cuando pone sus “puñetas” encima de la mesa judicial. Algún día veremos como encaja lo del Supremo, la Audiencia Nacional, el poder judicial y la Constitución en un sistema democrático más limpio y sin tanta carga franquista a la espalda. Supongo, que es mucho suponer, pero con la llegada de la III República sería un buen principio. Y de camino un país laico, sin prebendas religiosas y sin corona que mantener. Mientras tanto, Ponsatí mantiene su posición, después de decirle, en la cara, a Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, que lo suyo es para mirárselo, que ha mantenido una aptitud de pasividad a la hora de defender su inmunidad de europarlamentaria. Y es que ya sabemos, que “entre lobos no se muerden, aunque se enseñen los colmillos”, y también dicen, que se respetan. Y como dentro de unos meses, el Farsánchez será “investido presidente del Parlamento europeo en su rueda de turno, el próximo mes de julio ¡Pues no se qué decir! Algunos sillones democráticos pueden venir anchos para según que posaderas.
Por de pronto, la España cañí ha ido a rebufo de lo que la exiliada esperaba cuando fue detenida. La soberbia españolista ha puesto el foco en la exiliada y en el movimiento independentista.
El delito de desobediencia no es un crimen. Pero enfrentarse al “establishment” (sistema establecido desde el Deep State) ya es otro cantar.