No hay nada mejor que una imagen del JUEVES para ver una realidad donde la “justicia” hace de telonero de la banca, moviendo la bolita del trilero de un vasito a otro, hasta que la perdemos de vista, junto con la apuesta.
Cuando en 1993 el PSOE, de la mano de Pedro Solbes que sabía mogollón del asunto, inventó un nuevo impuesto a las hipotecas, no supimos, ni nos enteramos de que iba la cosa porque, ya nos tenían entretenidos con el tema del “cuartillo” (redondeo al 0,25% superior, los intereses de la hipoteca), y el vigilante de los agravios financieros, el Banco de España, silbando y entreteniendo la perdiz.
Nos lo metieron de forma silenciosa y sin anestesia, ¿Para qué? Porque estábamos es la efervescencia de la “democracia” y los “socialistas no nos iban a llevar al huerto de la banca, o algo así. “Defendía” al ciudadano. Perdón ¿ciudaqué?, y el reypublicanismo, en buen pujanza, tenía la democracia cogida por los bajos, y todavía no era tiempo de ¡Viva el vino! Pero los del PP, que sabían mucho del poder y sus apartados, preparaba dos cosas: copaba escaños en un Senado que pasaba desapercibido, y coleccionaba jueces afines en un Supremo que llegaría a competir con el gobierno.
Pasó el tiempo y a la vuelta de la esquina, año 2015, los más defensores del ciudaqué, es decir Podemos, tocan el poder en Aragón, y meten la mano en las hipotecas para rascarles unos eurillos de nada al votante, y suben un 50% el silencioso impuesto. También estaban en el contubernio PSOE, IU y la Chunta. Supongo que para celebrar su codeo con la realeza, regalando Games of Thrones al “Preparao”, mientras la banca se frotaba las manos. ¡Ay! Echenique, que mal te quedan los twitters que has sacado contra el Supremo y la banca, olvidando lo que hicisteis hace tres años. Para que te fíes de la virgen y no corras.
Pero después de meditar la cagada maña, repensaron el tema y montaron una mani para curarse en salud. Y siguieron echando bemoles a la cosa intentando subsanar el fallo, y en febrero de 2018, los podemitas presentaron una modificación en la Casa de los Leones, que fue devorada por 180 votos en contra, entre los que se contaban los del PSOE. Sí señores, los del PSOE, a primeros de año estaban en contra de modificar estas cosillas.
Y ahora va un juez del Supremo, y dice que son los bancos los que deben apechugar con el coste. Pero la banca se enfada y remueve la bolsa, y el presidente del Supremo, que había trabajado para la AEB (cumbre de bancos) enseñando a los acólitos financieros los “vericuetos” de la justicia”, paró el carro y reunió a toda la clase y le hizo votar sobre la sentencia. ¡Vade retro! Pensó, y cuando veía que el empate se acercaba, dijo: mi voto vale un Potosí, voy y las veo; y duplicó su valor, y la cosa quedó 15 a favor de anular la sentencia y 13 en contra. Hay que ver lo que hace ser presi cuando juega al Monopoly con los dados marcados. Y la bolsa respiró, y el IBEX35 respiró, y la banca respiró, y el ciudadano de a pie, se tragó todo lo que pensaba, porque a lo mejor lo declaraban en delito por atentar a la Ley Mordaza, y siguió hundido en su propia miseria. Y nadie se disculpó, diciendo aquello de:” Lo siento, me equivoqué. No lo volveré a hacer”.
De pronto surge un posible milagro. Un Pedro Sánchez, sacando pecho asevera, y que el impuesto lo pagarán los bancos, ¡Por la gloria de mi madre! Y que el viernes, es decir mañana 9, voy a disparar un decretazo que se van a cagar…
Y en esa estamos, esperando que se haga la luz. Y, también, mirando quien se caga, y en quién…
De Pedro a Pedro y tiro porque me toca. No habíamos quedado que en febrero, el PSOE estaba en contra de lo que dice ahora. O es que esto de estar en la Moncloa crea mono de llevar la contraria, aunque sea así mismo.
Y la cosa no queda así. Porque el último Pedro deja una frase al aire que dice:” «Nunca más los españoles pagarán este impuesto»; como una Escarlata cualquiera, poniendo a Dios por testigo de que jamás… Mucho cuidado con las frases, que las carga el diablo y la maldita hemeroteca las saca cuando menos falta hace. Y no quiero ni mirar a la UE, donde dicen las malas lenguas , que existen impuestos sobre hipotecas, aunque algo más bajos que aquí: Portugal, Italia y Francia, que yo sepa.
Llegado a este extremo, me temo que la perdiz va terminar en un campo lleno de minas y camuflada entre terrones y surcos, esperando que el temporal amaine. Y al pichón del ciudadano, lo veo firmando la letra pequeña de una hipoteca sin mirar que se la han vuelto a meter por la cláusula menos pensada.
Porque lo que es yo, ya no me aclaro con los cambalaches de los políticos y el pito, pito gorgorito, del Supremo, por muy Tribunal que sea.