Las elecciones del 28A, han comenzado ya. Con el nombre de precampaña, pero disfrazada. Los falsos mítines han salido por la pista preelectoral, a tumba abierta de culo y sin frenos, como si tuvieran que apagar un fuego que ellos mismos provocan. Desencadenando una guerra enmascarada, donde los problemas del país no importan, porque no dan votos. Lo que interesa es mover el engaño para mantener la gente distraída y no piense en los problemas reales que están en juego. Por ejemplo, dirigir los focos hacia Cataluña, que es un conflicto político que da votos, aquí y allá. Un conflicto que ni dios sabe resolverlo, pero todos tienen una receta, más o menos arbitraria, para utilizarla contra el independentismo.
Fuente viñeta: JRMora. Publicada el 20/02/2019 en CTXT
Ya que no se sabe si lo político es judicial o si lo judicial es político, o si la JEC tiene xantofobia y el amarillo le da yuyu, o que la mierda de las “cloacas del Estado”, ocupada por una policía política patriótica, lo está impregnando todo, aunque el ministro Marlaska asegura que ya no existen en el ministerio del Interior, que son cosas del pasado. Un pasado que parece rebotar en las esquinas del tiempo, porque están al cabo de la calle. A ver, ministro, dé nombres de las “ratas” que estaban en las alcantarillas, y si están a disposición judicial. Si no hay nombres, las cloacas siguen siendo refugio de las ratas no suprimidas. Por cierto, por qué el PSOE, se alía, hasta dos veces con PP y C’s para evitar la presencia de Villarejo en la comisión de investigación sobre la policía política al servicio de Fernández Díaz y otros.
¿Qué hay debajo de las alfombras de Moncloa que tanto miedo da?
Unas elecciones que pivotan sobre dos partidos “mayoritarios” compañeros de cama en todoporlapatriaunagrandelibre, y para la “alternancia” en el gobierno. Partidos incapaces de deshacerse del traje franquista que los encorseta y que manejan el poder, supeditados a los préstamos de acreedores que andan entre bambalinas, manejando los hilos. Por no hablar del mal llamado, “bloque constitucionalista”, donde se cobijan los que rechazaron la Carta Magna y los que la votaron. Vivir para ver. O los financiados por los iraníes, o por holding americano, como dijo Suárez Illana.
Lo único importante es ganar las elecciones. Promesa más, promesa menos, si después no nos acordamos de ellas. Como la manifestación de 50.000 personas en Madrid denominada “España vacía”, que a pesar de pasar de puntillas por la prensa estatal, es una buena metáfora y un puntazo, recordando a todos los partidos en litigio, poniendo en duda el “encasillado” de los diputados en distritos diferentes de su origen, pero colocados desde el centralismo, y que hay 10 millones en una España vaciada que aun no se ha dado cuenta quien le ha vaciado el cepillo.
Por un lado, la derecha del tres en uno o trifachito, enconada en una lucha cainita para ver quién es más patriota, aunque sea a costa de retorcer la Constitución. Cobijados en el paraguas aznariano de la FAES va mostrando su cartas con gran desvergüenza. Aunque ellos tienen claras sus diferencias: que el PP y C’s no están a favor de suprimir el Estado de las autonomías como lo está Abascal, el de las pistolas. Pero no niegan si lo van a hacer por la puerta de atrás. Todo se andará… Podíamos hacer un pequeño esfuerzo de memoria y recordar que Andalucía está “gobernada” por los tres.
En la otra orilla del camino. Arrieros somos y en el camino nos veremos. Le sigue el PSOE, con su vocero mayor, Ábalos, diciendo que tararí del pirulí, que eso no puede ser porque lo dice la Constitución, por favor no reíros que la Constitución es cosa seria. Fijaros si es seria que el 135 lo “afinaron” en una noche, a favor de los bancos, y el 155 lo maquillaron de tal forma que ni los padres que lo hicieron lo reconocen, para reprimir judicialmente a Cataluña, y ni un tono que desafinó entre los que lo apoyaron. Todos de acuerdo, por la unidad de la patria. Pues eso. Y con un cinismo impropio de un partido que se llama socialista, reclama al PP y contiguos que “dejen de usar Cataluña porque cuando dicen lo que dicen, muchas veces no se dan cuenta que más de la mitad de los catalanes no son independentistas…”. Una coletilla que Sánchez lleva pegada en el parabrisas de sus mítines, sin darse cuenta, que se pierde en discordia con su acólito Iceta, el de No es No, Pero, pero Si.
Y no hablo del juicio del 1-O, porque el Marchena me tiene encandilado con su prohibición de encarar los videos con los testigos, ni de la posible connivencia entre estos y los acusadores, ni por qué la “presunción de inocencia” no existe este juicio-farsa, ni por qué hay un vocabulario coincidente relacionado con la violencia de los votantes, e insinuado por los fiscales, mientras los “piolines” eran como hermanitas de la caridad, ni por qué las cloacas del Estado ya estaban desde hace varios años buscando en Cataluña los trapos sucios de sus políticos para sacar tajada de lo que “afinaba” la Fiscalía si aún no había ningún juzgado mirando la ilegalidad del Referéndum, ni el TC poniendo barreras a las urnas.
NOTA: El sistema electoral vigente proviene del diseño preconstitucional, ya que el cálculo proporcional de la Ley D’Hont (método del siglo XIX), es deficiente, por cuanto no recoge la proporcionalidad del principio constitucional (art. 68.2 y 3 CE. 1978). Beneficia a los partidos mayoritarios y perjudica a los minoritarios, quedando fuera de la proporcionalidad los que no alcanzan el 3·% de los votos válidos emitidos.