FERRAN SOLDEVILA (Barcelona 1894 -1971), fue uno de los grandes representantes de la historiografía catalana. Además de periodista, ensayista, autor teatral, académico, promotor de actividades culturales, fue miembro de la Real Academia de las Buenas Letras de Barcelona, del Instituto de Estudios Catalanes, del cuerpo de bibliotecarios y archiveros (trabajó en el Archivo de la Corona de Aragón). Y aunque estaba especializado en estudios históricos, esto no le impidió dedicarse a la poesía, por la que era conocido antes, ni tampoco fue un obstáculo para su faceta de colaborador en la prensa, menos conocida que la de historiador, donde entre 1922 y 1938, publicó sus artículos en: La Publicitat, Mirador, D’Aci d’Alla, la Revista de Catalunya, etc., desarrollando un periodismo que aglutinaba el gusto literario y la intención política.
Formado en un ambiente familiar de la burguesía liberal de Barcelona de habla castellana, pasó a la lengua catalana en sus tiempos de aprendizaje académico como una forma de conquista personal, teniendo en cuenta que, en la realidad sociolingüística de Barcelona de aquella época, la lengua catalana era la dominante en el habla coloquial pero estaba relegada a un segundo plano como idioma de prestigio social y científico. También fue una época de toma de conciencia política de aspecto catalanista. Y en la dictadura de Primo de Rivera ya se destacó como figura de la resistencia cultural al régimen.
Desarrolló una intensa actividad periodística ligada a la Revista de Catalunya en la que trabaja, entre 1922 y 1938, como periodista y colaboró codirigiéndola junto Antoni Rovira i Virgili, entre 1930 y 1931, con el cual escribió su obra maestra Historia de Catalunya, publicada en tres volúmenes entre 1934 y 1935, y escrita por encargo del líder de la Lliga, Francesc Cambó. Su conocimiento de idiomas, también, le proyectó hacia Europa colaborando en el Bulletin Spanish Studies con el seudónimo de E.V, y en el Journal de Genève con el de A.K.
En sus artículos, no sólo reflexionaba sobre la temática histórica, sino que viviendo en un contexto de guerra caótico y violento, también analizaba la situación política del momento, señalando el posicionamiento político del grupo de intelectuales catalanistas de izquierda y republicanos al cual pertenecía, como una especie de periodismo de guerra.
A mediados de marzo de 1938, las tropas franquistas están a punto de alcanzar el Mediterráneo por Castellón y dejar aislada Cataluña. En la retaguardia de la guerra, lo cotidiano era una revolución violenta y los comportamientos injustos justificados en su nombre que a veces respondían a venganzas personales, acompañados del hambre y de los bombardeos de la aviación italiana que alcanzarían su punto álgido entre los días 16 y 18, y provocarían innumerables víctimas en la ciudad de Barcelona casi en ruinas.
En este contexto, la Revista de Catalunya, interrumpida desde los sucesos del 6 de octubre de 1934, saliendo de nuevo, bajo el patrocinio de la Institución de la Letras Catalanas; en enero de 1938; y en el Nº 84 del 15 de marzo, publica el artículo más famoso de Ferran SOLDEVILA: “Fe en Catalunya”.
El artículo refleja lo que muchas personas necesitaban que se dijera. Analizando el pasado y el futuro de un país lleno de dificultades y sumido en la confusión, una “Catalunya martiritzada… Al cap d’un any i mig de guerra”.
Un artículo hecho en dos partes:
Por un lado, señala las impresiones de que los primeros embates de la guerra y la revolución han hundido la fe en Cataluña dentro del corazón patriótico; condenando el caos y la violencia en un país que es refugio de los perseguidos de otras tierras, así como la impunidad permitida por el poder público ante los actos de bandidaje, excesos y atrocidades cometidas en la retaguardia. Hechos que ya habían sido denunciados con anterioridad por otros periodistas. Y la renuncia a las convicciones catalanas y el derrotismo. El abandono, la humillación y el menosprecio a todas las posiciones ideológicas, políticas, idiomáticas, culturales y sociales; la humillación por delante de todas las vejaciones, expolios materiales y espirituales que se quieran hacer a Cataluña. Una queja a los catalanes que habían desertado de su fe en la fuerza de los valores democráticos de Cataluña dejando el terreno libre al enemigo: Quina vergonya d’ésser catalans!
Por otro, vaticina la salida del peligro:”O anarquia o feixisme”, a pesar de la desmoralización de muchos catalanes y la amenaza de quedar sometidos al odio y a la fuerza vencedora, el alma de Cataluña aguantaría y volvería a resplandecer y a propagarse, porque “Sigui la que es vulgui l’eixida d’aquesta guerra, no serà la de la mort per a Catalunya, si cada català, o almenys els millors, saben enfortir la fe en ells mateixos i ofrenar-la a la resistència i a l’acció patriòtica.”
Su propósito de remover las conciencias en una situación histórica tan dura y crítica impresionó fuertemente a parte de la sociedad, especialmente a la clase media republicana y catalanista. Recriminando a los intelectuales su apocamiento, su temor y su derrotismo con Cataluña y con la adhesión a la República, a causa de los aspectos amargos de la revolución.
La claridad, la precisión, la agudeza y el rigor con que desarrolla el artículo, deja asomar su condición de historiador por encima del periodista.
La voluntad animosa de Ferran Soldevila da una valiosa aportación al pensamiento político catalán, el cual se mantiene a pesar de la derrota ante los militares nacionalistas españoles y será una constante que no abandona ni en el exilio (a Francia desde 1939 hasta 1943), ni a su vuelta a Barcelona, dedicándose a la enseñanza, como profesor de Historia de Cataluña, aunque permanece alejado de la Universidad por razones políticas. Muere en Barcelona en 1971.
Peperos. Ciudadaneros. Voxeros: Dieron un golpe de estado en 1936 contra la República Democrática Española y con el expolio y el saqueo al republicano se pusieron las botas.
Porque en el fondo, ellos aman tanto al dinero como odian al que lo produce.
Ahora simulan defender un sistema al que odian: la democracia y simulan repudiar a un método que adoran el golpe de estado
Hola Antonio. Esta gente es incapaz de disimular lo que son. Lo llevan en los genes desde antes del 78.