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“The Grapes of Wrath”. Una película de JOHN FORD

Ficha técnica e Información sobre el director, el productor y el guionista

 TÍTULO: “LAS UVAS DE LA IRA

Título original: “The Grapes of Wrath”

Año: 1940

Duración: 128 m.

Nacionalidad: EE.UU.

Estudios: 20 th Century Fox.

Productor: Darryl F. Zanuck

Género: Drama.

Reparto: Henry Fonda, Jane Darwell, John Carradine, Charley Grapewin, Dorris Bowdon, Russell Simpson, John Qualen.

Guión: Nunnally Johnson (novela de John Steinbeck)

Música: Alfred Newman.

Montaje: Gregg Toland.

Fecha de estreno: 15 marzo 1940 (Estados Unidos).

Premios: Ganadora de dos Oscar: al mejor director (John Ford) y a la mejor actriz secundaria (Jane Darwell). Y candidata como: mejor película, al mejor actor (H. Fonda), al mejor guión adaptado (Nunnally Johnson), mejor sonido (E. H. Hansen) y mejor montaje (Robert E. Simpson)

“Las uvas de la ira” (1939) formaba parte de una trilogía, en la que estaban “En dudosa batalla” (1936) y “De ratones y hombres” (1937), escrita por John Steinbeck, describía los tiempos difíciles de la Gran Depresión agravados por los desastres naturales, combinando el realismo de un reportero con el sentimiento de un hombre comprometido. La historia no es un invento, sino parte de la vida del autor, que vivió varios años de su vida de privaciones semejantes a las que viven los personajes de su obra. El libro constituye un gran fresco de la Norteamérica agrícola de los años 30. Y recibió el Premio Pulitzer en el año 1940.

La magnífica adaptación cinematográfica de 1940, dirigida por John Ford y como protagonistas principales a Henry Fonda y John Carradine, tuvo algunos inconvenientes antes de comenzar su rodaje. El productor, Darryl F. Zanuck, y el protagonista,  Henry Fonda, no se llevaban bien, e incluso Zanuck anunció que la película sería protagonizada por Tyrone Power. Sin embargo, H. Fonda se entrevistó con Zanuck e incluso firmó un contrato con la Fox para siete años, tan sólo por conseguir el papel, y recomendó a Ford que aceptó la oferta, porque le recordaba a la gente y a los tiempos del hambre en Irlanda (el director era irlandés).

Para retratar la desesperación, utilizó el uso de sombras, en lugar de la típica fotografía en blanco y negro de la época, haciéndonos ver un testimonio basado en hechos reales de la historia social de Estados Unidos.

Aunque Ford en los años 30 era Rooseveltiano convencido, se ha referido muchas veces a la película como una obra sobre la familia, dejando a un lado su contenido social y político. Deja claro desde el principio que la familia es un personaje colectivo.

El productor Darryl F. Zanuck, asumió el montaje de la película, su sonorización y el añadido de la música. También, comentó a Steinbeck que había contratado detectives para comprobar si las acusaciones que el escritor vertía en la novela eran ciertas y, la conclusión final, fue que en realidad las condiciones de los campesinos eran todavía peores. El guionista Nunnally Johnson (adaptador de la novela) pensaba que la visita del productor a los campamentos de inmigrantes fue reveladora para él y, para la adaptación de la novela, consiguió trasladar admirablemente los personajes y el espíritu del libro. Trabajó estrechamente con Zanuck para suavizar las referencias políticas y eliminar la mayoría de reflexiones sobre la necesidad de una revuelta organizada de las clases explotadas.

Se le dio un aire más optimista de acuerdo con el “New Deal” de Roosevelt, lo cual era una gran concesión por parte de Zanuck, republicano y más cercano al lado del capital. Pudiera ser que el productor, concienciado tras visitar los campamentos de inmigrantes quisiera agradar al gobierno Federal que había establecido un ambicioso programa social y económico bajo el “New Deal”.

Zanuck decidió rodarla a pesar de contar con la oposición de la “Cámara de Comercio” y del “Consejo Agrícola de California”, que pidió que fueran boicoteadas todas las películas estrenadas por la Fox.

A pesar de que se le tachó desde reaccionaria hasta marxista. Fue un taquillazo en su estreno. La película perdió prestigio cuando dejó de estar de moda el cine social.

Descripción del argumento y del film

Tom Joad (interpretado por Henry Fonda) sale de prisión, en libertad condicional después de cuatro años de condena por homicidio en defensa propia, y vuelve a su hogar. Por el camino encuentra al reverendo Casey, que ha perdido su espíritu, que le acompaña hasta su casa, la cual está vacía y casi en ruinas. Al final se reúne con su familia que está refugiada en casa de tío John. Su llegada es celebrada y esperada, aunque no podía ser peor momento. Él no entiende lo que pasa y su familia tampoco llega a comprender la situación.

Años de sequía y malas cosechas les obligaron a pedir crédito al banco que no pudieron devolver por el empeoramiento de las condiciones climáticas y de los cultivos. El banco cobra la hipoteca y la familia se ve despojada de sus tierras y forzada a abandonarlas.

Con la venta de sus pertenencias y lo poco que han podido reunir de dinero, unos 150 dólares y un viejo camión, deciden buscar un lugar donde establecerse, guiándose por uno de los folletos propagandísticos  de los terratenientes con ofertas de empleo que dice: “En California hay trabajo y necesitan 800 peones para recoger frutas”.

El viaje es muy duro, a través de la ruta 66. En sus paradas, van encontrando grupos de hombres en su misma situación, que se asombran por la ingenuidad de la familia Joad,  a la que explican que la California a la que van es una falsa ilusión. En las ofertas laborales convocan a una cantidad de trabajadores mayor de la que necesitan, de esta forma, si alguno de ellos se revela será fácil reemplazarlo. Pero la familia prosigue adelante.

La distancia es grande y por las noches tienen que usar alguno de los numerosos campamentos a los que son forzados a alojarse. Su situación es desesperada y tienen que trabajar por una miseria para poder comer. Intermediarios sin escrúpulos comercian con ellos como fuerza de trabajo barata por salario de miseria, sustituyendo a huelguistas que luchan por condiciones más humanas y una paga justa.

Los efectos económicos y naturales se van manifestando a través de las sagaces opiniones de diversos individuos y grupos que aparecen al lado de la familia Joad, representante de tantos miles de familias que buscan a la vez empleo y dignidad, la cual parece escaparse día a día.

En uno de los campamentos, a cuya entrada, Tommy había visto un grupo de gente agitada, consigue contactar con ellos y  abre los ojos a lo que está pasando. Es un grupo de jornaleros en huelga, que no quieren seguir siendo esclavos de nadie, del cual, el reverendo Casey forma parte tratando de organizarlos para garantizar un salario mínimo. Hay una riña provocada por los vigilantes de las compañías agrícolas en complicidad con las autoridades locales, donde muere el reverendo y Tommy es herido en la cara. Esa noche, toda la familia decide empaquetar las cosas y partir de nuevo.

La llegada a otro campamento, propiedad del Departamento de Agricultura del Gobierno, les sorprende cuando encuentran todas las comodidades que siempre han deseado: agua corriente, casas en buen estado, un lugar donde no hay vigilantes, ni guardias, un lugar en que se protegen los unos a los otros. Y además, hay trabajo.

Una noche se organiza un baile y unos hombres pagados intentan montar una pelea para que el sheriff entre en el campamento, pero la trampa fracasa.

Poco después, Tom ve que unos ayudantes del sheriff toman nota de la matrícula de los vehículos que hay allí, incluido el suyo, y resuelve marcharse, pero no quiere que su familia abandone el lugar. Su decisión es unirse a las protestas de los trabajadores y no seguir huyendo, defender los derechos de los demás y no dejarse pisotear.

Tal como dice a su madre cuando se despiden:”…donde haya una posibilidad de que los hambrientos coman, allí estaré. Donde haya un hombre que sufre, allí estaré. En los gritos de los hombres, los que vuelven locos y en la risa de los niños cuando sientan hambre y la cena esté preparada. Y cuando los hombres coman de la tierra que trabajen y vivan en las casas que levanten, allí también estaré”.

Contexto histórico de la producción y de la acción del film

En 1936, 26 años antes de conseguir el Nobel de Literatura, John Steinbeck, por encargo del diario The San Francisco News, escribió siete reportajes sobre la emigración a California de los granjeros del Medio Oeste arruinados, que se llamaban Los vagabundos de la cosecha y se puede considerar su versión en miniatura de “las Uvas de la Ira”.

Es un excelente retrato de una época en la que se produjeron profundos cambios en las estructuras sociales, en la economía internacional y en la distribución demográfica de los Estados Unidos. Fue muy alabada por crear conciencia a nivel nacional e internacional con relación a la difícil situación de los jornaleros migratorios. Pero su retrato de las condiciones en las grandes granjas del Valle Central, también enojó a muchos californianos poderosos.

El marco de la obra son los años 30 y la llamada Gran Depresión.

Entre 1930 y 1935 unas  violentas tormentas de polvo y fuertes vientos hicieron que las plantaciones de trigo y algodón fueran asoladas, transformando 100 millones de acres de la región de las Grandes Llanuras del sur –Tejas, Oklahoma, New México, Colorado, y Kansas– en lo que se llamó “El Tazón de Polvo”. El 14 de abril de 1935, conocido como “Domingo negro“, veinte de las peores “ventiscas negras” se desencadenaron, causando grandes pérdidas, dando la vuelta al día por la noche. Los testigos decían que no podían ver cinco pies por delante en algunos puntos. Las tormentas de polvo eran tan virulentas que los gallos pensaron que era de noche en vez de día y se iban a dormir antes.

A esto, hay que añadir, que la mayoría de agricultores no pudo devolver los créditos hipotecarios, que había solicitado para contener la aridez de sus propiedades, y los bancos se apropiaron de las tierras. El desplazamiento de miles de familias no se dejó esperar. La alternativa eran las ofertas de trabajo en California, para recolectar frutas y algodón.

Y la decisión de la familia Joad es ir hacia la tierra prometida, cuando sus propiedades son embargadas por las insensibles y crueles normas, de la mano de los bancos y las grandes empresas agrícolas, y así las exponen, cuando informan a Tom Joad que acaba de salir de prisión en libertad condicional, por homicidio en defensa propia:

El hombre que vino por aquí hablaba muy bien. “Tiene que irse. No es culpa mía”. “Entonces, le dije, ¿de quién es la culpa? Quiero saberlo, para ajustarle las cuentas”. “Es de la Shawnee Land and Catle Company? “Nadie. Sólo es una compañía”. Es para volverse loco. No había nadie a quién cobrárselas.

Lo lamentamos. No somos nosotros. Es el monstruo. El banco no es como un hombre […] es más que los hombres. Todo empleado de un banco odia lo que hace el banco y, sin embargo, el banco lo hace […] Los hombres lo hicieron, pero no pueden controlarlo.

La ruta 66 («la ruta madre«) unía la Costa Este con la Costa Oeste, aunque no estaría terminada su construcción hasta 1938 (12 años), les guiará por una senda sin retorno, hacia la Tierra Prometida, California, donde siempre había sol, cosechas abundantes, y trabajos que pagaban bien. En 1933 casi la cuarta parte de los trabajadores norteamericanos estaban sin empleo. Según Jackson J. Benson, biógrafo de Steinbeck, en la década de 1930 llegaron a California entre 300.000 y 400.000 refugiados de la Región de la Sequía (Dust Bowl).

Steinbeck conoció a estos “vagabundos de la cosecha” mientras se documentaba para sus reportajes con la ayuda de Tom Collins, director de un campamento de acogida en el que se los trataba como a seres humanos –que pudo servir de modelo para describir el campamento del Departamento de Agricultura–. Los “okies” (de Oklahoma) eran considerados como sucias e ignorantes bestias de carga de las que se podía prescindir pero a las que se despreciaba y maltrataba impunemente.

Así lo confirman dos empleados de una gasolinera cuando hablan de los Joad: “No me gustaría nada tener que viajar en un cacharro como ese.  Bueno, tú y yo somos sensatos. Esos condenados okies no tienen sensatez ni sentimiento. No son humanos. Un ser humano no podría vivir como viven ellos. Un ser humano no resistiría tanta suciedad y miseria. No son mucho mejores que los gorilas”.

La llegada a California no parece mejor que lo que han dejado por la ruta, cuando un interlocutor de Tom Joad le  explica cómo se reducen los salarios en la zona:

Suponga que usted debe emplear un trabajador, y que sólo un hombre desea el empleo. Debe pagarle lo que pida. Pero suponga que hay cien hombres […] suponga que esos cien quieren ese empleo. Suponga que tienen hijos y que esos hijos tienen hambre. Suponga que una moneda de diez centavos compra el menos una papilla para esos hijos […] Ofrézcale diez centavos y se matarán unos a otros por esos diez centavos”.

Esta es la base de la competencia perfecta entre oferentes, responsables de mantener los precios cerca del nivel de equilibrio. Aunque para los miles de familias los salarios de equilibrio bordean el nivel de subsistencia miserable.

Se van dando cuenta de su suerte en cuanto se detienen a los diferentes campamentos  del recorrido, donde engrosan el subproletariado de jornaleros que se desplazan cíclicamente por todo el territorio siguiendo las cosechas, para sólo obtener trabajo unos pocos. Y ese mismo incremento de de mano de obra hace que los salarios puedan mantenerse a niveles bajos. Siempre son sospechosos de ser agitadores políticos; a veces tachados de “rojos”, llevando sobre ellos el temor constante de trasgredir las normas. Y así subyace esta perspectiva cuando Tom  Joad se reencuentra con Casey, que intenta iniciar una huelga y organizar a los trabajadores para reclamar un salario mínimo que les permita lo necesario a sus familias.

Vamos a trabajar allá. Dicen que nos pagarán cinco centavos […] Una vez llegamos nos dicen que están pagando dos centavos y medio. Un hombre no puede comer con eso, y si tiene hijos… entonces dijimos que no aceptaríamos, Y nos echaron. Y todos los policías del mundo cayeron sobre nosotros. Ahora están pagando cinco centavos. ¿Crees que cuando quiebren por la huelga pagarán cinco centavos?

Los emigrantes sufren todo tipo de abusos por parte de las grandes compañías y otros latifundistas, que controlan el proceso de recogida y producción, logrando el hundimiento de los pequeños agricultores que, a su vez se ven convertidos en jornaleros tras perder sus tierras. Los empleadores hacen recaer la responsabilidad sobre los trabajadores y los sindicatos que no tienen ninguna participación en la administración del sistema, y aunque se les reconoce el derecho  formal a organizarse y el gobierno cultiva la amistad de los dirigentes sindicales. En realidad los movimientos huelguísticos son quebrados, de manera sutil por mediadores del gobierno, o de manera brutal, por vigilantes privados, la policía o la milicia, sin ninguna protesta efectiva por parte de la administración “liberal” de Roosevelt.

Todo ello genera en Tom un fuerte sentido de la justicia y una necesidad irrefrenable de actuar ante la impunidad de quienes disponen de la dignidad de los trabajadores, serán estos los que guíen su acción en el resto de la película.

La escena final de la película  aparece cuando

Tom camina por un sendero solitario al rayar el día y la familia se va del campamento de Hooverville en el camión, en medio de la caravana de vehículos cargados de familias y sueños de encontrar un trabajo, aunque sea de veinte días, y mientras Ma Joad dice: “Nosotros estamos vivos y seguimos caminando. Saldremos siempre adelante.  Porque somos la gente”.

Análisis del contenido del film desde un punto de vista historiográfico

El 29 de octubre de 1929, denominado “Martes Negro”, es tomado como punto de referencia de lo que se conoció con el nombre de la Gran Depresión. Una profunda recesión económica mundial con efectos devastadores tanto en los países desarrollados como en desarrollo.

Los historiadores hacen hincapié en los factores estructurales, como las masivas quiebras bancarias y el crash bursátil, mientras que los economistas apuntan a la decisión de Gran Bretaña de volver al patrón oro en las paridades anteriores a la Primera Guerra Mundial. Hay quienes conceden a los gobiernos un importante papel y culpan del fracaso a los mercados libres, en cambio, otros defiende el mercado libre y culpan a los gobiernos de agravar los problemas. En resumen, es que han salido teorías desde diferentes puntos de vistas: teorías económicas clásicas, monetarista, que se enfocan en los efectos macroeconómicos del suministro de dinero y del oro que respaldaba a las monedas antes de la Gran Depresión; teorías estructurales, como la keynesiana o la institucional, que apuntan al bajo consumo junto la “burbuja económica” y a actos ilícitos por parte de los banqueros y empresarios, o incompetencia de los gobiernos; Y teoría marxista, que pone de relieve las contradicciones dentro del propio capital, considerándolo como una relación social que implica la apropiación de excedentes de valor. Galbrait distingue entre el crash propiamente dicho, y lo que él llama la “Gran Crisis”, periodo que se prolonga hasta 1939.

Así y todo, es conveniente hacer notar algunos aspectos anteriores al “Martes Negro” que pueden darnos una idea general de la situación.

Los factores que incidieron en esta crisis, fueron:

La sobreproducción. Hay un momento que se señala desde 1925, especialmente en Estados Unidos, que la producción supera las necesidades reales de consumo y los stocks aumentan considerablemente y –que debido al mantenimiento de precios de monopolio– eran imposible de vender. También existe un desfase entre precios agrícolas e industriales: los primeros crecen más lentamente que los segundos, disminuyendo el poder adquisitivo de los campesinos. El sector agrario fue el más perjudicado, cuando el índice de precios pasó del 147 en 1925 al 138 en 1929.

El desorden monetario. La pérdida del patrón oro y la excesiva dependencia de los Estados Unidos, convertidos en los principales acreedores y con Wall Street como el centro financiero, en competencia con los de Londres y París, provocó una competencia de préstamos exteriores entre el dólar y la libra que añadió inestabilidad al sistema.

La desigual y relativa recuperación económica que se sustentó a partir de 1924 es debido, sobre todo en Estados Unidos, a la expansión del consumo de electrodomésticos y automóviles.

Al mismo tiempo aparecen signos de desequilibrios económicos por estancamiento de sectores como: el ferrocarril, la siderurgia, el algodón y el carbón. Y una disminución del comercio a causa de las medidas proteccionistas norteamericanas y europeas a partir de 1922.

A partir de 1924, la crisis se da por superada y se entra en una fase de euforia económica que fue buena para los Estados Unidos, los más ricos se enriquecieron más deprisa que los pobres dejaran de serlo. El ánimo especulativo fue creciendo día a día. La especulación llegó a la Bolsa. Los negocios fueron rápidos y beneficiosos. Incluso los pequeños ahorradores se dedicaron a invertir haciendo de ello su forma de vida. Los créditos se iban multiplicando. Pero la actividad de la economía real no iba al mismo ritmo, y muchos bancos vivían a la sombra de los préstamos de la “Reserva Federal” al 5%, mientras que ellos lo prestaban al 12%. La especulación llevó la Bolsa a la quiebra.

El modelo económico de Estados se viene abajo al estallar la crisis de Wall Street. La bancarrota de octubre de 1929 dio al traste con la capacidad adquisitiva de los consumidores, con las inversiones en los negocios y con la solvencia de los bancos y de las empresas. Generó en cadena una serie de quiebras configurando lo que se llamaría Gran Depresión, que tocaría fondo allá por el año 1933. La producción (producto nacional bruto) había bajado un tercio. Quebraron nueve mil bancos.

Estados Unidos arrastró al resto del mundo, extendiendo la crisis a partir de 1931: quiebras bancarias en Alemania y Austria y tensiones en la economía británica. En Francia las exportaciones descendieron a la cuarta parte. Y el desempleo alcanzó las cotas más altas en varios países europeos. En España se paralizaron las obras públicas emprendidas por la dictadura de Primo de Rivera y con la llegada de la República acentuó la crisis a causa de la fuga de capitales.

Las consecuencias sociales fueron cuantiosas.

El paro fue la principal y más terrible consecuencia. En 1932 había 40 millones de desempleados en el mundo. En los Estados Unidos el paro fue acompañado de mendicidad, enfermedad y hacinamiento en las “Ciudades de lata” y en los arrabales de las grandes ciudades; el paro parcial, aunque menos dramático también afectó a la vida diaria. Se calcula que el 63% de los trabajadores industriales estaban contratados a tiempo parcial, los salarios se convertían en salarios de hambre.

Se produjo un descenso demográfico como consecuencia de la disminución de casamientos, la natalidad y las migraciones, unido a la mortalidad infantil y senil.

También la burguesía media y pequeña sufrió  de manera muy especial los embates de la crisis, empobreciéndose y proletarizándose.

A todo ello se le suma la sequía de las Grandes Llanuras de Estados Unidos, donde con la subida de los precios fue tan grande que animaron a los granjeros a aumentar drásticamente los cultivos. El área de tierras de labrantío se dobló entre 1900 y 1920 y triplicado entre 1925 y 1930. Los granjeros utilizaron prácticas agrícolas que favorecieron la erosión del terreno; por ejemplo en las tierras de algodón dejaron, un tiempo excesivo, los campos pelados y sin protección, con lo que las hierbas que retenían la humedad no les hicieron falta nada más que llegaran (entre 1930 y 1935) unas violentas tormentas de polvo y fuertes vientos,  para que las plantaciones de trigo y algodón fueran devastadas, transformando 100 millones de acres de la región de las Grandes Llanuras del sur –Tejas, Oklahoma, New México, Colorado, y Kansas– en lo que se llamó “El Tazón de Polvo”. En 14 de abril de 1935, conocido como “Domingo negro“, veinte de las peores “ventiscas negras” se desencadenaron en el Tazón de Polvo”, causando gran daño, dando la vuelta al día por la noche. Los testigos decían que no podían ver cinco pies por delante en algunos puntos. Las tormentas de polvo eran tan malas que los gallos pensaron que era de noche en vez de día y se iban a dormir antes.

La mayoría de agricultores no pudo devolver los créditos hipotecarios, que había solicitado para contener la aridez de sus propiedades, y los bancos se apropiaron de las tierras.

Los procesos de mecanización de las laborales agrícolas, potenciados por las corporaciones agrarias más grandes de esta década, desplazaron, poco a poco, a los agricultores, pequeños comerciantes y jornaleros con sus familias de sus hogares. La alternativa eran las ofertas de trabajo en California, donde podían recolectar frutas y algodón. Pero, hay que recordar que California, el paraíso de fruta y miel, la tierra prometida para aquellos desheredados, había sido ya el destino de miles de inmigrantes chinos, filipinos y mexicanos a los que se explotó sin piedad y a los que se terminó expulsando cuando empezaron a dar muestras de rebelarse o, si no tanto, de querer organizarse para defender sus derechos.

La Administración Hoover (1929-1933) fracasó en la crisis y los demócratas se hacen con la presidencia en la persona de Franklin. D. Roosevelt, que implanta una política innovadora para erradicar los males de la economía norteamericana, es el llamado New Deal que fue rechazado por la burguesía, pero acogido por las masas obreras. Dividido en dos partes: una de medidas económicas mediante leyes en 1933 y otro con medidas sociales en 1935.

Entre las medidas económicas: prohibió el atesoramiento y exportación de oro, devaluó el dólar, creación de un seguro sobre depósitos bancarios y evitar los créditos para especular en bolsa, limitación de cosechas, indemnización a los campesinos que reduzcan las superficies de cultivo, se crea la National Industrial Recovery Act (NIRA) –fue declarada inconstitucional– estableciendo reglas de juego de las empresas privadas, un programa de obras públicas en manos estatales.

Las medidas sociales se encaminaron a la protección social del ciudadano: protección del desempleo, y de los ancianos, fijación de la jornada laboral en 40 horas semanales, abolición del trabajo de los niños, Apoyo a los sindicatos.

En este marco, John Steinbeck escribió “Las uvas de la Ira

BIBLIOGRAFIA

John Steinbeck: “Las Uvas de la Ira”. http://www.LibrosTauro.com.ar

Guía para el análisis del libro “Las Uvas de la Ira”:

http://www.calhum.org/downloads/Spanish_final.pdf.

Un Mundo de Cine.Com. “Las Uvas de la Ira (1940)”:”El mejor retrato de la Gran Depresión”:http://www.unmundodecine.com/2009/10/las-uvas-de-la-ira-pelicula-1940.html.

León TROTSKY:”EE.UU, Roosevelt y el movimiento obrero en la Gran Depresión”. Julio 1936: FUNDACIÓN FEDEREICO ENGELS.

http://fundacionfedericoengels.org/index.php?option=com_content&view=article&id=64:-eeuu-roosevelt-y-el-movimiento-obrero-en-la-gran-depresion-&catid=17:internacional&Itemid=34.

Paulo Reis MOURÂO: “La Economía y `Las Uvas de la Ira´”. Cuadernos de Economía, V. XXIV, n 43. BOGOTÁ, 2005, p. 65-81:

http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2368991

Grandes llanos: http://www.worldlingo.com/ma/enwiki/es/Great_Plains

Un informe del comité de la sequía del área de los grandes llanos (HTML). Papeles de Hopkins, Franklin D. Biblioteca de Roosevelt (27 de agosto, 1936). Recuperado el 6 de diciembre de 2007.

http://newdeal.feri.org/hopkins/hop27.htm

Luis Matías LÓPEZ El origen de ‘Las uvas de la ira’. Artículo publicado en El País (02/06/2007): http://www.elpais.com/articulo/ensayo/origen/uvas/ira/elpepuculbab/20070602elpbabens_3/Tes

ZONA ECONOMICA:”La Crisis de 1929” http://www.zonaeconomica.com/crisis-1929

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Antonio
Antonio
5 years ago

Esta película la vi hace «mogollón» de años, cuando apenas tenía criterio, (bueno, ahora tampoco…). No la volvería a ver. Basta un mínimo de empatía o sensibilidad, para crearte un mal sabor de boca y cierta irritación, que actúan como un velo que te impide apreciar los detalles técnicos y artísticos de la misma. Haces una exposición detallada y exhaustiva del origen, causas y consecuencias de la crisis. También apuntas y haces referencia a las mejoras sociales de Roosvelt. No obstante: En Norteamérica nos encontramos con dos grandes cuadrillas de especuladores políticos que alternativamente se posesionan del Poder estatal y… Read more »

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