El Filibusterismo II: Estos lodos engrasan la maquinaria del fango
Siguiendo a rebufo del filibusterismo estadounidense, y teniendo en cuenta, que aquí, en la Spain de la “unagrandeylibre”, eso de picotear en la sartén del neoliberalismo externo se da bastante bien, ya que el “Deep State” que subyace dentro del Estado español, permite meter la mano en la “caja” de las corruptelas sin que te pillen los dedos, aunque la mano quede atrapada. Siempre habrá “alguien”, en la trastienda del poder, que responda al amparo, como aquellos cuando gritan “A mí la legión”, y sale el novio de turno mostrando las “puñetas” para salvar al “imprudente”, por decirlo de manera políticamente correcta, o no. Aunque, a veces, les importa un comino salir a cara descubierta, que eso da votos, o medallas, que para el caso es lo mismo.
Y, entrando en materia filibustera. En el caso del filibusterismo político y procesal español, tiene su punto de mira actualizado, en el independentismo catalán, aunque, esto no es nuevo, ya que, con anterioridad, hubo actitudes filibusteras por parte de los partidos políticos españoles, tanto del PSOE como del PP. Pero, reforzado, últimamente con el debate de la Ley de Amnistía, tanto en La Casa de los Leones (léase Congreso de los Diputados, o Cámara Baja), como en el “Cementerio de los elefantes”, mal llamado Senado (o Cámara Alta), que todavía me pregunto ¿Para qué sirve? donde el PP tiene mayoría absoluta, pese a ello no ha podido impedir su publicación el pasado 11 junio 2024, en el BOE, tras su aprobación definitiva en el Congreso de los Diputados el pasado 30 de mayo de 2024.
También, hay otras figuras judiciales que hacen trinchera contra la citada ley y su aplicación, como es la lawfare, la “supuesta prevaricación”, usar fake news, o soltar bulos en la vida política, etc., coreografía sospechosa bajo la misma batuta. Lo cual, no quita que haya salpicado a otros partidos, como Podemos, por efecto de rebote. Pedro Sánchez lo llama “máquina del fango”, olvidando que el principio de esa “máquina” viene de la mal denominada Transición. Una Transición de la dictadura, hacia una democracia, que le cuesta llegar a la tan presumida “democracia plena”. Pero esa es otra historia.
Una “Máquina del fango” que utiliza todas las artimañas, o argucias, al filo de la legalidad, habidas y por haber, para retardar la aplicación de la amnistía, recurriendo desde las instancias menores a las mayores, bien sean Tribunales de Primera Instancias, Audiencias Provinciales, Audiencia Nacional, Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional., sin olvidar el Tribunal de Cuentas (Tcu); instituciones, donde se ocultan una gran prole de “mercenarios”, lobos solitarios o en manada, provenientes de la escudería del Movimiento Nacional que han tomado como cruzada contra el independentismo catalán, la dichosa Ley, e incluso, quieren llegar ante la Unión Europea, con el objetivo confeso e inconfeso de demorar lo máximo posible la aplicación de la Ley.
Claro, que llegar a la UE, se pueden encontrar con preguntas capciosas, como si conocen el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, de 1950. Y es que la cosa viene de tan lejos. De una época en que las Leyes Fundamentales del Movimiento, no dejaban ver lo que se cocinaba en la Europa “democrática”. Aquella que decía que “Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa, públicamente y dentro de un plazo razonable, por un tribunal independiente e imparcial, establecido por la ley, que decidirá los litigios sobre sus derechos y obligaciones de carácter civil o sobre el fundamento de cualquier acusación en materia penal dirigida contra ella. (…) (art. 6.1)”.
O acaso, los que la leyeron no se acuerdan de que Europa se mueve en otro nivel de “Democracia”, o algo así. Porque, esto de la duración de los procedimientos es algo muy serio allende los Pirineos. Y hay algo tan sutil, como “Plazo razonable”, cuando la razón deja espacio para analizarlo. Una Comisión para la Eficacia de la Justicia (CEPE) señaló con el dedo “fiscalizador” que había de cambiar de mentalidad en la introducción a su Programa Marco: “Un nuevo objetivo para los sistemas judiciales: tramitar cada asunto en un período de tiempo adecuado y previsible” (CEPEJ-2004-19REV1). También, se acordó en estas administraciones europeas que el plazo en cuestión lo establece el propio legislador, re-pi-to, para aviso a navegantes: “EL PRO-PIO LE-GIS-LA-DOR”. Cosa que, parece ser, los de la “Toga Nostra” están olvidando. Es de nota, reseñar, que hubo, hay y habrá, multitud de reclamaciones, recursos, etc., en cajones togados, sin regar para que no crezcan y dejan pasar el tiempo hasta que llega el momento oportuno de salir a la luz, o, mejor dicho, desempolvarlos, para mejor proveer, diría el togado.
Al hilo del artículo de Lola García (La Vanguardia, 01/07/2024) “No hay atajos legales para la maquinaria judicial una vez que se puso en marcha a partir del 2017, contra los líderes del proceso independentista catalán. Como se veía venir, la aplicación de la ley de Amnistía va a ser difícil y llevará su tiempo que sea efectiva…” Y en eso estamos.
Y como no podía ser menos, la élite de la judicatura, ha tomado partido dando ejemplo de cómo seguir el filibusterismo judicial, desde los tribunales de justicia, no sólo el Tribunal Supremo, en la Sala 2ª, la de lo Penal, en manos de un tal Marchena, y el tal Llarena, juez instructor del procés del 1-O y colega de Marchena, en la sala de lo Penal, así como García-Castellón, desde su “tribuna” privilegiada e inexpugnable; de la Audiencia Nacional del juzgado Central de Instrucción número 6, después de muchos años a la sombra del PP como enlace judicial con dos países de UE, hacen de “abanderados” de la “cruzada judicial”, cortejados por otros “mercenarios” de la justicia que se mueven al mismo ritmo, pero en diferentes posiciones de la orquesta y, en la sombra, hay un “director” que mueve la batuta, armonizando para que el bloqueo justiciero no desafine, y el filibusterismo cumpla con su misión.
Algunos “guerreros” se han quitado el antifaz, agrupándose en formación de ataque, llamándose a sí mismos “Plataforma Cívica por la Independencia Judicial” (¡Casí ná!), y han publicado una guía contra la amnistía a través del correo del CGPJ, que no está al alcance de cualquiera, con formularios para elevar cuestiones de inconstitucionalidad o prejudiciales en el TC y en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), para intentar paralizar la ley de amnistía. Ha habido algo de polémica entre los casi 5.000 jueces, y algunos lo calificaron de iniciativa “muy grave”, algo que nunca habían visto, pero ya se sabe que aquí no pasa nada. Esta “Plataforma” se creó en 2010 con el objetivo de luchar por la “despolitización de la justicia, y así nos luce. Esto de los jueces de alto vuelo se está convirtiendo en un gremio al estilo mafioso. Algo similar a los del vuelo de los grajos, o algo así.
También, hablamos, entre otros, de la Junta Electoral Central (JEC), del Tribunal de Cuentas (TCu) que, sin ser judicial, con más de un cuarto de la plantilla de familiares o cercanos a la gaviota, arriman el ascua a su sardina para entrar en el juego; o parte de la fiscalía con los cuatro fiscales del 1-O haciendo de “jinetes del Apocalipsis”; de jueces de la Audiencia, tanto nacional como provincial, de jueces de Instrucción que atraen los focos mediáticos hacia su terreno para sentirse iluminados, del partido político de la gaviota y su acólito, el del caballo bayo y, como no, de aquellos medios de comunicación que atizan el fuego filibustero para crear ambiente. Y no olvido, del “Deep State” que controla la batuta del director de la orquesta
Joaquín Urías, en “La Justicia en el Banquillo” (2024) dice que; “La respuesta está en la historia, pues a lo largo de ella los jueces no han sido nunca un poder imparcial. Su papel no fue durante mucho tiempo aplicar las leyes, sino dictarlas”.
Y, sobre todo, prestando un interés especial en cuanto a duración de los procedimientos judiciales, según establece el Consejo de Europa y el propio Tribunal de Estrasburgo., incluso se creó una Comisión para la Eficacia de la Justicia, en 2.002 (CEPEJ) que vigilara el cumplimiento de la doctrina que sentó las bases del significado jurídico de la expresión “plazo razonable”.
Termino, diciendo, que estoy a la espera de hacerme con el ensayo recién salido del horno: “Colpisme. De la violencia militar al lawfare judicial” de Damià del Clot. Un ensayo que deja con el culo al aire las estrategias golpistas de los poderosos en un estado español que, a pesar, de proclamarse democrático, tolera estrategias subversivas de alta intensidad y baja. El autor señala que el golpismo ha pasado los últimos años de ser un recurso violento de los militares a ser una práctica habitual de LAWFARE judicial.
En realidad, soy un masoca, sin remedio, de la política de trincheras.