Cosas de la Armada española. ¿Para reír o para llorar?
Mi capitán. ¿Entramos al puerto por la izquierda?.Se dice por BABOR.Por Babor mi capitán, ¿entramos al puerto por la izquierda?Nos
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Un filibustero, es algo así como un pirata del siglo XVII que actuaba de forma privada, pero ayudado, protegido o favorecido por Inglaterra, Holanda o Francia. Se le puede añadir otros sinónimos como: corsario, bucanero, pirata, bandido, forajido o malandrín. Hago esta referencia para que se vea el alcance de los personajes, bandas, asociaciones o partidos que, a través del tiempo han llegado a desarrollar la habilidad del filibusterismo parlamentario, por llamarlo de alguna forma. Y que el diccionario panhispánico del español jurídico lo define como: “Modalidad de obstruccionismo parlamentario que toma su nombre de los piratas o bucaneros que utilizaban técnicas de impedimento de la navegación fluida, que deriva a tergiversar las técnicas parlamentarias para fines obstruccionistas…”
Esto, nos recuerda aquella película de “Mr. Smith Goes to Washington” (año 1939, Frank Capra), que aquí la tradujeron por “Caballero sin Espada”, para iluminarnos en la cultura de la España “unagrandeylibre”. Donde un joven James Stewart, inexperto senador, defiende durante muchas horas un proyecto de ley que encubría una trama de corrupción como la copa de un pino, pero, que visto en el ahora, nos muestra una defensa de la democracia (la norteamericana), impensable en aquella época. Considerada, en 1989, de “cultural, histórica y estéticamente significativa” por la Biblioteca del Congreso de EE.UU., fue seleccionada para su preservación en el “National Film Registry”. Y siguen en ello.
Estas maniobras obstruccionistas no son nuevas en la historia. Se cuenta que, en la antigua Roma, Catón el Joven, senador optimate en el Senado romano, era capaz de hablar durante días enteros para retrasar la puesta en marcha de iniciativas de su enemigo público, Julio César. Con sus discursos obstaculizaba las iniciativas de la bancada contraria, los populares. No me refiero a los de ahora.
Así que, los senadores de EEUU, sin tanta antigüedad, aprendieron rápidamente la táctica de obstaculizar, al contrario, incluso, no se cortan a la hora de reconocer que se trata de la conocida táctica del filibusterismo. Estamos hablando de una maniobra parlamentaria que impide el debate de cualquier ley. Se le llama “obstruccionismo parlante”, ya que, en el momento de tomar la palabra, un senador, podía hablar durante horas, provocando la paralización o impedimento de una votación, relacionada con un proyecto de ley, o algo similar. Una táctica utilizada por los segregacionistas, en EE.UU, durante las décadas de 1950 y 1960, bloqueando legislación sobre derechos civiles.
Esto de obstruccionismo, es la forma más digerible de los norteamericanos, de llamar al filibusterismo por su nombre de pila, pero no por ello, deja de ser una manera antidemocrática de bloquear la aprobación de una ley o una denominación, hasta que expire el plazo del debate. Y es que, en este Senado, los debates tienen un límite de tiempo y si se agota sin acuerdos, el proyecto se queda sin ratificar
Pero, no creamos que esta práctica, aunque muy utilizada por los republicanos durante la administración de Obama, era única de ellos. También, los demócratas la han utilizado, cuando les ha convenido.
Esta forma de obstruir los debates legislativos en la política estadounidense, se ha intentado reformar, e incluso eliminar, para “proteger los derechos de las minorías, evitando que las mayorías impongan leyes impopulares. Otra propuesta fue la de reducir el número de votos necesarios para una aprobación. Lo defensores del “obstruccionismo” argumentan que con ello garantizan que una ley no se apruebe sin un debate y, de camino, protegen los derechos de las minorías, fomentando el compromiso y el consenso. Los contrarios, dicen que bloquea legislación importante y contribuye al estancamiento político. Un detalle a destacar, es que en el Senado de EE.UU. los partidos minoritarios pueden utilizar el “obstruccionismo” para bloquear la legislación, creando tensión entre los otros dos partidos mayoritarios. Al contrario que en el Senado español, que sólo el partido que tenga mayoría de senadores puede alargar el debate sobre una ley debatida en el Congreso y enviada a la Cámara Alta para su debate. Aunque, al final, es el Congreso el que dará su aprobación a la ley. Pero con un retraso sustancial en lo agendado.
Y así, están, entre el sí y el no, mientras tanto van poniendo palos en las ruedas, en una mal llamada democracia.
Aunque el senador no puede abandonar el suelo de la Cámara, pronto sacaron estratagemas de la manga para evitar salir fuera, como colocar un cubo en el guardarropa, separado por una cortina, y así poder hacer sus necesidades. Sin comentarios. Lo importante es estar dentro, y hablar de lo que quisiera, contando cuentos a sus nietos o dando consejos de cocina, o leyendo la guía telefónica. La cuestión es que retrasaban los debates de la ley.
Hay lista de estos senadores que ponen los pelos de punta: Ted Cruz, conservador, retrasó la reforma sanitaria de Obama durante 22 horas. Pero el que se lleva la palma es un tal Strom Thurmond (28/08/1957) que detuvo la aprobación de una ley durante 24 horas y 18 minutos, en este caso se trató de bloquear el Acta de Derechos Civiles de 1957, que pretendía asegurar el derecho al voto de los afroamericanos en los estados del Sur.
Leyes que se vieron afectadas por el “Obstruccionismo”: “La Ley Para el Pueblo”, (en 2021, presentada por los demócratas), “El Proyecto de ley de Infraestructuras”, (en 2021, presentada por lo demócratas), “La ley de Derecho al Voto”, (en 2021, presentada por los demócratas).
No obstante, la práctica de filibusterismo ha ido derivando hacia el terreno jurídico o procesal, pretendiendo alargar determinados procesos, entorpeciendo las sentencias sobre el fondo del asunto, o por lo menos, posponer y demorar la sentencia o su ejecución durante un largo período de tiempo. Valiéndose de tretas jurídicas y trampantojos, al filo de la ilegalidad, todo ello, dentro de la aparente legalidad. Otras veces para evitar la aplicación de una norma aprobada. Entrando de lleno en el terreno político.
Al final, todo queda en manos de los políticos sinvergüenzas que medran por las instituciones del poder del estado, para conseguir lo que las urnas les niega.
(Continuará)
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Decía que tenía mis dudas sobre el tema de la investidura de Sánchez. Algo que lo manifiestan alrededor del 56,4% de los españoles, que prefieren unas nuevas elecciones antes que un pacto con los independentistas “catalanes”, según una encuesta, de La Razón, aunque con el tipo de preguntas que plantea, no es nada extraño dar con un resultado al “alza”. ¿Ve conveniente una repetición electoral antes que un gobierno de Sánchez con los independentistas? En la pregunta va implícita la respuesta.
La elección del artículo de Georges Orwell (ANEXO 1) se debe al simbolismo de la presencia en la Guerra Civil española, y también en Barcelona durante Los Hechos de Mayo de 1937, de las Brigadas Internacionales, la prensa internacional, un miembro del POUM y un escritor, todo ello en una misma persona, que creyó en la legalidad de la República española frente a un ejército levantado en armas contra ella. Primero como corresponsal de guerra y después alistándose en las milicias del POUM para luchar contra el fascismo en el Frente de Aragón, fue un testigo lúcido en las calles de Barcelona , viviendo en primera línea lo que algunos historiadores han considerado como una guerra civil dentro de la guerra civil.