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El Clot del Dimoni o la Terra Eixuta.

El Clot del Dimoni o la Terra Eixuta.

Un trabajo sobre el Canal d’Urgell (Lleida). Desde el Espai Cultural Canals d’Urgell

Paco González. 15/05/2015

Tierra seca y agua en un páramo de poca agua y mal repartida.

Es una primera reflexión sobre lo que era la Plana de l’Urgell hace más de 150 años, antes de saber que el folclorista Valerí Serra i Boldú en el “Álbum Maravella” (1929) había definido el cambio “produït d’un paratge trist i basardós, pobre i sense vida” en el pasado, a otro de “ric i fèrtil” en el presente[i].

La visita al Espai Cultural del Canals d’Urgell, en Mollerusa, nos lleva a ahondar en ese túnel del tiempo que hay al comienzo del Espai Permanent. Donde la cronología va incrementando en tamaño según la proximidad a la elaboración del último proyecto de construcción de un canal en 1862. Una mirada hacia atrás, hacia 1346 cuando el Infante Jaume conde d’Urgell toma la iniciativa de un proyecto de canal de navegación y regadío, nos permite comprender el enfrentamiento permanente entre el campesino y el hábitat.

Una tierra inhóspita y desagradecida, rodeada de sierras que hacían frontera con la miseria. Una prolongación de los Monegros (Aragón), con el río Segre en las cercanías pero no llegaba. Una superficie yerma. Un territorio que se iba despoblando poco a poco, quedando una población escasa y una agricultura de supervivencia y de secano que, gracias a un canal, pasará a agricultura de regadío. Una tierra que se utilizaba para el pastoreo y el cultivo de trigo y cereales.

Un tiempo en que la revolución industrial estaba en las comarcas vecinas pero que no se arrimaba. Incluso hay pocos testimonios escritos sobre el paisaje, salvo algún viajero que medía las distancias entre poblaciones o describía las costumbres.

En el túnel vemos crecer las fechas acelerando nuestro interés por llegar al momento de conocer el canal.

Se llega al siglo XIX, donde se adivinaba que aquel espacio de tierra seca, terra eixuta, decían los “pageses”, tenía la posibilidad de convertirse en el silo de Cataluña, pero esto no tocaba aún.

No olvidemos que el clima es mediterráneo, de tendencia árida y continental, con grandes contrastes entre el verano y el invierno, entre el día y la noche. Nou mesos d’hivern i tres d’infern” bien podía aplicarse a este caso.

Las dificultades eran importantes. Como dice el profesor Solé i Sabaté: “La razón es que las obras son de muy difícil ejecución y muy pesadas… No hay capital. No hay la tecnología, que en su momento no se tenía… Y pocas coyunturas de paz en este siglo”[ii]

Esta lucha constante contra la naturaleza para mejorar la rentabilidad de esta comarca tuvo unos aliados inesperados que contribuyeron a que la obra lograra hacerse.

Con la desamortización eclesiástica de bienes inmuebles una nueva clase social: la burguesía, tanto la local como la barcelonesa; pudo acceder a la propiedad rural y con ganas de explotar su producción hizo renacer los proyectos abandonados, de construir un canal que llevara el agua a estas tierras.

La familia Girona, y el grupo de empresas de que disponía, constituyeron una sociedad anónima conocida por “Canal del Urgel”, junto a la empresa constructora Girona Germans, Clavé i Cía., hicieron posible el sueño de la pagesía del Pla.

Las concesiones otorgadas desde 1847 y 1850 pasaron a ellos. El comienzo de las obras tiene lugar en el año 1853 , siendo su inauguración el 26 de marzo de 1862. Nace en cerca de Ponts (La Noguera) y a los largo de 144 Km., riega 75.000 Has. de las comarcas de La Noguera, l’Urgell, El Pla d’Urgell y Les Garrigues y el Segrià hasta llegar a Montoliu de Lleida.

Hablar de las dificultades para su construcción es apasionante, pero al mismo tiempo sería interminable por la cantidad de anécdotas que recoge su historia. No obstante hay algunas necesarias de resaltar.

El Túnel de Montclar, considerado la obra de ingeniería más importante de Europa, fue excavado a mano durante ocho años, su sección tiene forma de herradura y está revestido de piedra. Tiene casi cinco kilómetros de largo y una pendiente de un metro por cada kilómetro.

Hay una gran cantidad de datos técnicos alrededor de la construcción que sorprenden por su complejidad, pero me ha llamado la atención una parte bastante ignorada: los trabajadores. Unas 6.000 personas, trabajando en unas condiciones muy malas. 1.000 eran prisioneros que realizaban trabajos forzados y se ocupaban de las peores labores y, además, se les encadenaban, por la noche, de un pie en los cuartelillos situados encima del túnel y cerca de los pozos para que no tuvieran que hacer grandes desplazamientos y no pudieran escapar. Es fácil imaginar las dificultades de la construcción: unas tierras que tienen mucho yeso, beneficioso para mejorarlas, pero que al mezclarse con el agua provocaba desprendimientos y, a su vez, accidentes mortales. Entre 1861 y 1862 se contabilizaron 160 muertes, la mayoría de prisioneros. Aunque otras causas fueron: explosiones, deslizamientos de fango, fiebres gástricas, diarreas graves, fiebres tifoideas, escorbuto, etc.[iii]

En esta obra gigantesca podemos contemplar otras estructuras como l’Aqüeducte del Cenill o el Pont de Ferro d’Agramunt y el Terraplè de Castellserà. Sin olvidar dos pantanos que dan regularidad al caudal de agua, como es el pantano de Oliana y el de Rialb

Pero las dificultades no acabaron con la construcción. Eran campesinos de tierra de secano, acostumbrados al agua de lluvia que era escasa, y de pronto les llega agua abundante en unas tierras no preparadas para ello. Muchas tierras contenían sal que afloraba con el agua, dañando las cosechas. Otras no tenían desagües y el agua las anegaba dando lugar a enfermedades contagiosas como era el paludismo.

El mal uso que se hacía del agua supuso la pérdida de muchas cosechas, que junto al pago del canon significó la ruina de muchas familias y el abandono de sus tierras.

Aunque todo no fue perjudicial, provocó la fragmentación de las tierras en pequeñas propiedades.

Y llegando a la galería de personajes podemos ver que entre los más importantes: Manuel Girona, Domingo Cardenal, Josep Zulueta, Josep Solanes, etc. Hay varios personajes representados por el oficio que desempeñaron: el topógrafo, el ingeniero, el canaler y el novenari.

Esto últimos me parecen los más interesantes por cuanto eran profesiones nuevas para estas funciones del canal.

El canaler (guarda conservador o sequiers), encargado de controlar el uso del agua y de recoger las necesidades de todos los usuarios para hacerlas llegar a sus superiores. Su importancia era vital para detectar las fugas de agua y el buen estado de la infraestructura.

El novenari, estimaba las cosechas para establecer el pago del canon de riego, estimado en 1/9 parte de la producción (el nové) y, también, actuaba como agente recaudador del fruto antes y después de las subastas, etc.

Más de 60 años tuvieron que pasar para que los pageses aprendiesen a usar el agua del Canal y comenzar a producir la agricultura de regadío. Y a partir de  1964 una Orden ministerial acuerda que los regantes de l’Urgell tenían que formar una Comunidad General que sería el titular a perpetuidad de la concesión que había finalizado después de 99 años. En septiembre de 1991 el ministerio de Obras Públicas declara constituida a favor de la Comunidad General de regantes de los Canales de Urgell la concesión de agua del rio Segre, hasta el año 2061.

En cuanto al Espai Cultural, señalo el acierto de su funcionamiento. Tanto el edificio como la puesta en escena son ideales para conocer como un territorio que se conoce como el Clot de Dimoni, gracias al agua de un canal, ha pasado a convertirse un terreno agrícola de regadío, el silo de Cataluña, transformando, al mismo tiempo, las características de su entorno económico y social. Una comarca donde el sector primario de la economía tiene una fuerza considerable, de cerca del 20%.

En toda la recopilación de información sobre este trabajo no he detectado que el sistema de riego haya cambiado, por lo que sospecho que sigue siendo por inundación, lo que me hace pensar que el consumo de agua es altísimo. Estamos en el siglo XXI y hay otros sistemas de riego que hacen reducir el consumo del agua, como es la aspersión o el goteo.

También he observado que las imágenes proyectadas durante la visita han perdido calidad, y se podrían mejorar. O utilizar algunas de las recogidas en la serie Conquesta de l’aigua, emitida por Televisió Lleida, la cual me resulta de alto valor cultural para dar a conocer esta gran obra de ingeniería conocida como Canal d’Urgell.

[i] FOGUET i Boreu, Francesc, Mirades sobre el paisatge pladurgellenc. Centre de recerca del Pla d’Urgell. Anuari 4. 2013 pág. 57-66. UAB.

NOTAS:

[ii] Comentarios del profesor Solé i Sabaté en el Cap. 1 de la serie: Conquista de l’aigua”. Lleida Televisió.

[iii] El Canal d’Urgell.

ENLACES

http://www.xtec.cat/centres/c5003494/poble/canal/elcanal.html

http://www.turismeplaurgell.cat/ca/comarca/visites-d-interes/2/espai-cultural-dels-canals-d-urgell

ESPAI CULTURAL DELS CANALS D’URGELL

Espai Cultural dels Canals d’Urgell
Avinguda de Jaume I, 1 – 25230 Mollerussa
Telf: 973 603 997
turisme@plaurgell.cat

https://vimeo.com/29363100

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